En el estudio `El valor económico de los sistemas de calidad, la indicaciones geográficas y las especialidades tradicionales garantizadas de la UE´, la Comisión Europea subraya que las indicaciones geográficas y las especialidades tradicionales garantizadas representaron 77.150 millones de euros en ventas en 2017, lo que representa el 7% del valor total del sector europeo de alimentación y bebidas ese año.
El estudio se basa en las 3.207 denominaciones de productos protegidas existentes en los 28 Estados miembros a finales de ese año (que ha crecido hasta 3.322 a finales de marzo de 2020) y concluye que el valor de venta de un producto con denominación protegida es, de media, el doble que el de productos similares sin certificación.
Según el estudio, hay un claro beneficio económico para los productores en cuanto a comercialización e incremento de las ventas gracias a la gran calidad de estos productos, su reputación y al hecho de que los consumidores estén dispuestos a pagar más por adquirir el producto auténtico.
De esos 77.150 millones de euros, casi la mitad procedía de los vinos (39.400 millones de euros), el 35% de los productos agrarios y alimentarios (27.340 millones de euros) y el 13% restante de las bebidas espirituosas (10.350 millones de euros).
Considerando solo los productos agrarios y alimentarios cubiertos por indicaciones geográficas (IG, que incluyen los productos amparados por una Denominación de Origen Protegida o por una Indicación Geográfica Protegida) y especialidades tradicionales garantizadas (ETG), esos 27.340 millones de euros fueron el resultado de la venta de algo más de 10 millones de toneladas de productos.
La Comisión precisa en el estudio que los productos cubiertos por Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) representaron el 54% del valor de las ventas de la UE ese año mientras que los productos con Denominación de Origen Protegida (DOP) y las Especialidades Tradicionales Garantizadas (ETG) representaron, respectivamente, el 38% y el 9% del valor total de las ventas.
Por productos, los quesos supusieron más de un tercio del valor total de las ventas de productos cubiertos por una IG en la UE-28 en el año de referencia, seguidos por los productos a base de carne (16% del valor total de las ventas), las cervezas (13%) y las carnes y despojos frescos (12%).
En cuanto a las exportaciones, los alimentos y bebidas con IG/ETG representaron algo más de 17.000 millones de euros, el 15,5% del total de las exportaciones agroalimentarias de la UE (110.000 millones de euros) de ese año. Los vinos siguen siendo el producto más importante también en las exportaciones a países terceros (50% del total).
Por países
Por países, Francia (44%), Italia (20%) y el Reino Unido (19%) son los tres que más productos IG/ETG envían a países terceros. Esas exportaciones están dominadas por un pequeño número de indicaciones: Champagne y Cognac en el caso de Francia; Grana Padano, Parmigiano Reggiano y Prosecco en el de Italia y Scotch Whisky en el del Reino Unido. Estados Unidos, China y Singapur son los primeros destinos de los productos con indicaciones de calidad de la UE y representan la mitad del valor de las exportaciones.
En lo que respecta a España, las ventas de alimentos y bebidas acogidos a estas figuras de calidad alcanzaron los 6.166 millones de euros en 2017, con un incremento del 35% respecto a 2010. De ellos, el 72% correspondió a vinos y el 26% a productos agrarios y alimentarios. El 70% de las ventas se destinó al mercado nacional, algo menos del 20% a otros países de la UE (con una facturación de 1.163 millones de euros) y el resto a países terceros (811 millones).
En total había ese año en España 342 productos con IG o ETG (131 vinos, 192 productos agrarios y alimentarios y 19 bebidas espirituosas). Entre los más vendidos figuran los vinos de Rioja, Cava y Ribera del Duero, el Queso Manchego, el Melocotón de Calanda, la Ternera Gallega y el Jerez.