Un grupo de investigadores de la Universidad de Salamanca (USAL) ha desarrollado una nueva herramienta que se revela como un excelente indicador para las situaciones de sequía en diferentes condiciones bioclimáticas y geográficas del planeta.
En concreto, el estudio trata sobre la sequía agrícola aplicada a escala mundial «Smadi» (Soil Moisture Agricultural Drought Index -índice de sequía agrícola basado en la humedad del suelo-).
La investigación está a cargo del Grupo de Investigación de Recursos Hídricos de la USAL (adscrito al Instituto Hispano Luso de Investigaciones Agrarias), y la dirige José Martínez Fernández.
El objetivo es demostrar la aplicabilidad de este estudio para las agencias meteorológicas y el sector agrícola
Las principales novedades de este trabajo son la utilización de tres indicadores de sequía que abarcan el conjunto «atmósfera-planta-suelo», en lugar de los datos atmosféricos.
En este sentido, la científica y responsable del proyecto, Nilda Sánchez Martín, ha explicado que estos indicadores se obtienen únicamente mediante «datos de observación remota, es decir, mediante teledetección».
Asimismo, ha apuntado que gracias a la simplicidad y disponibilidad, el índice puede integrarse fácilmente con otros indicadores climáticos (y complementar las estimaciones de sequía que los expertos realizan actualmente) y que el objetivo final del trabajo es demostrar la aplicabilidad de este estudio para las agencias meteorológicas y el sector agrícola.
Proyecto
Respecto a los datos necesarios para su cálculo, estos se han obtenido de las misiones espaciales SMOS (Soil Moisture and Ocean Salinity), de la Agencia Europea del Espacio, y MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer), de la NASA.
El primero proporciona los valores de humedad de suelo superficial y el segundo datos de temperatura de la superficie y estado de la vegetación. Todos los datos se proporcionan a escala diaria y se trabaja a una resolución espacial de 0,05 grados, aproximadamente 5 kilómetros.
El estudio se realizó para el periodo 2010-2015 y fue validado en España, Australia y Estados Unidos mediante la comparación de datos con otros índices de sequía independientes aplicados habitualmente.
Asimismo, durante este periodo de tiempo los investigadores también procedieron a refutar la fiabilidad de esta herramienta con eventos reales de sequía a escala mundial (recabados por la Universidad Católica de Lovaina), y los resultados concluyeron que Smadi identificó temporal y especialmente más del 80% de los eventos de sequía.