La Comisión Europea ha actualizado los indicadores de riesgo armonizados (HRI) que permiten seguir la utilización de pesticidas en la UE en 2022. El primer indicador (HRI 1) -que multiplica las cantidades de sustancias activas comercializadas por un factor de ponderación en función de la peligrosidad- muestra una disminución del 46% con respecto al período de referencia 2015-17 de la estrategia «de la granja a la mesa» (los tres años más recientes sobre los que se disponía de datos cuando se anunció la estrategia). Con respecto a 2021, el descenso es del 12%.
En los cinco primeros años (2018 a 2022), la utilización de los pesticidas más peligrosos disminuyó globalmente en un 25% con respecto al período de referencia 2015-17 (-4% con respecto a 2021).
«Las tendencias globales a la baja en los cinco primeros años muestran que los dos objetivos de reducción del 50% de la estrategia ‘de la granja a la mesa’ pueden alcanzarse de aquí al año 2030», según la Comisión Europea.
Bruselas anima, por tanto, a los Estados miembros a seguir vigilando que los pesticidas «se utilicen solo como último recurso» y que se apliquen «sistemáticamente los principios de la lucha integrada contra las plagas para que los agricultores reduzcan su dependencia de los pesticidas químicos sin poner en peligro la rentabilidad de sus empresas».
Sin embargo, estos datos deben considerarse en el contexto de las cifras de ventas de pesticidas en la UE publicadas por Eurostat en mayo. Aunque las ventas cayeron significativamente en 2022 (-10%) «debido a la subida de los precios», el año anterior habían aumentado un 2,7%.
Y entre 2011 y 2021, el volumen total de sustancias activas vendidas en la veintena de países que facilitaron datos completos podría considerarse relativamente estable, en torno a las 350.000 toneladas, con fluctuaciones anuales de más o menos el 6%.
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