La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha mostrado ciertas reservas sobre la «efectividad» y la compatibilidad con la libre competencia de una de las medidas del real decreto ley aprobado este martes por el Gobierno para aliviar la crisis de rentabilidad que afecta al sector agrícola y ganadero, que obliga a incluir en los contratos alimentarios los costes de producción.
El director de la patronal de industrias, Mauricio García de Quevedo, ha asegurado que el Real Decreto Ley con Medidas Urgentes para la Agricultura tiene aspectos positivos, pero también incluye medidas que generan interrogantes a las industrias alimentarias.
Entre los aspectos positivos, ha destacado la prohibición de la venta a pérdidas para evitar la destrucción de valor a lo largo de todos los eslabones de la cadena. También ha celebrado la publicación de sanciones, que se prohíba que el «último eslabón» pueda transferir sus riesgos empresariales a otros eslabones, así como el veto a promociones que puedan confundir al consumidor o que deterioren la imagen de un producto.
Sin embargo, el responsable de FIAB se ha referido al artículo de la normativa que afecta a la inclusión del coste efectivo de producción, en los contratos que suscriben agricultores y ganaderos con fabricantes o supermercados. En relación a esta cuestión, ha reconocido que esta medida despierta dudas, a su juicio, hay que «estudiar en profundidad» su efectividad práctica o la de un índice que determine tales costes y si es compatible, o por el contrario «restringe», las normas de la competencia.
Asimismo, ha dicho que el gasto de obtención de un producto no es igual en todos los casos, sino que depende de la competitividad o la productividad de cada sector e incluso de los distintos agricultores o ganaderos: «El más productivo tendrá un índice inferior». Para la industria es una incógnita cómo se reflejará dicho coste, para que se aplique «de una manera clara o transparente», según García de Quevedo.