El invierno climatológico (que por definición abarca los meses de diciembre, enero y febrero) ha finalizado con las reservas nacionales de nieve muy por debajo «de lo esperable», según el balance de la reserva nacional de nieve hecho público por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), con datos de la Agencia Estatal de Meteorología.
En concreto, a día 1 de marzo de 2019, dichas reservas (de 1.500 Hm3) tan solo han supuesto la mitad de la media nacional de los últimos 5 años (3.000 Hm3) y no alcanzaron el 40% de la reserva nacional registrada el año pasado al finalizar el mes de febrero (3.900 Hm3). La cuenca hidrográfica del Ebro confirma la tendencia nacional al exhibir un comportamiento similar.
El Ministerio destaca que este invierno climatológico la nieve apareció un poco más pronto de lo habitual; en concreto, se adelantó una semana (la última semana de octubre) respecto de la media nacional de los últimos 5 años, que indica que las primeras nevadas suelen darse la primera semana de noviembre.
Pese a su prontitud, no se registraron grandes nevadas hasta la segunda quincena del mes de enero. El mes de febrero, calificado como el más seco del siglo XXI, no ha ayudado a remontar las reservas.
En la cuenca del Miño-Sil el volumen se redujo un 52,95% y en la del Tajo un 52,11%
El episodio cálido ocurrido del 21 al 28 de febrero, en el que se batieron 18 marcas locales vinculadas a temperaturas máximas, ha sido el responsable de que el ya bajo volumen de agua en forma de nieve disponible se redujese significativamente en tan solo una semana.
De este modo, el 26 de febrero al 5 de marzo, en la cuenca del Miño-Sil el volumen se redujo un 52,95% y en la del Tajo un 52,11%. En media, la reducción puede cifrarse en una pérdida del 19,72% del volumen de agua disponible en forma de nieve.