La vendimia en la denominación de origen protegida (DOP) Jumilla comenzó hace unos días, a pesar de las recientes lluvias, con la recogida de las variedades blancas de la zona más meridional; variedades tempranas como Chardonnay y Macabeo.
Las viñas presentan un estado sanitario excelente y la maduración va con retraso respecto a la campaña anterior en variedades tintas, en general en las zonas más al norte y de mayor altitud de la DOP se pueden ver todavía en fase de envero, en especial la Monastrell.
Este año se presenta algo más seco que el anterior, con unas precipitaciones de 280 mm, lo que las sitúa dentro de la media normal de 300 mm al año. La lluvia estuvo ausente en invierno, pero las abundantes precipitaciones de Semana Santa han servido de reserva de la viña estos últimos meses. En consecuencia, las previsiones del Consejo Regulador apuntan a que la cosecha será menor que en 2018, «que fue particularmente abundante», y se estima una bajada del rendimiento del 20-30% respecto al año pasado para situarse en torno a los 70 millones de kilos de uva.
El Consejo de la DOP ha previsado que las recientes lluvias, «afortunadamente lluvias livianas sin granizo, son bien recibidas por el sector, ya que ayudan a reducir el estrés hídrico de la viña y favorece la correcta maduración de las uvas».
Más controles
Por otro lado, el Consejo Regulador ha asegurado que este año ha fortalecido el control a través de la incorporación de inspectores de campaña encargados de controlar los rendimientos de uva en campo.
Los inspectores han comenzado las visitas en las fincas que se han elegido basándose en un análisis de riesgos realizado por el órgano de control del Consejo Regulador con el fin de verificar el cumplimiento del pliego de condiciones sobre rendimientos de uva permitidos.
La producción máxima admitida por hectárea en las variedades de uva amparadas por la DOP Jumilla es de 5.000 kilos para variedades tintas y 5.625 kilos para blancas, en el caso de plantaciones en régimen de cultivo extensivo (1.100-1.900 cepas por hectárea).
En plantaciones en intensivo (1.500-3.350 cepas por hectárea) la producción máxima admitida es de 8.750 kilos tanto para variedades tintas como para blancas. La producción en aquellas parcelas en las que se verifique un exceso de rendimiento será descalificada y esa uva no podrá ser destinada a elaborar vino con DOP Jumilla.
Estos controles se decidieron en el último pleno celebrado en el mes de julio, donde se aprobaron las normas de campaña 2019 y el fortalecimiento de los controles en viñedo. Además, en este pleno se hizo balance de los primeros seis meses de Silvano García Abellán como presidente de la DOP Jumilla.