La factura mundial de las importaciones alimentarias alcanzará en 2016 su nivel más bajo desde hace seis años, situándose en 986.000 millones de dólares, a pesar del incremento de los volúmenes comercializados, según el último informe de Perspectivas Alimentarias publicado recientemente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En líneas generales, con la abundancia de las disponibilidades y de los stocks, los precios y la oferta de productos agrícolas se mantendrán estables el próximo año, explica la organización.
Cereales
En 2016, y por quinto año consecutivo, la producción de trigo, cereal más consumido en el mundo, superará su utilización incluso aunque la cosecha disminuya con respecto al récord de 2015. Esto reforzará los stocks, que alcanzarán su nivel más alto en quince años, con aumentos considerables en China y Estados Unidos.
Los agricultores del mundo se orientarán hacia el maíz para alimentar al ganado, principalmente en China, donde se espera que la decisión del Gobierno de reducir las reservas de maíz impulse el consumo. Una medida que podría provocar un fuerte descenso de la demanda de cebada y de sorgo. La disminución de los intercambios internacionales podría intensificar la competencia entre los principales exportadores, advierte la FAO.
Los precios de los productos lácteos se mantendrán estables, provocando una reducción de la producción. La producción de carne también debería mantenerse sin cambios salvo la de ave, destinada principalmente a la exportación, que aumentará.
Por último, los precios de los aceites vegetales están sujetos a presiones alcistas ya que la producción de soja en Sudamérica y de aceite de palma en el Sudeste asiático disminuyó de forma pronunciada a causa del fenómeno de El Niño.
