Las elevadas temperaturas que se han registrado esta semana en todo el país están generando incertidumbre entre los agricultores de diversas Comunidades, sobre todo de Castilla y León, Aragón y Extremadura, que temen que el calor intenso pueda afectar a cultivos de cereales.
Según ASAJA en Castilla y León, las altas temperaturas están agostando antes de tiempo los cereales de secano. La organización ha precisado que buena parte de los 2 millones de hectáreas de cereal de la Comunidad ha detenido en seco su granado tras varios días de mucho calor.
A esto hay que sumar los malos resultados que se están obteniendo en la recolección de forrajes y, además, los pastos dan muestras de debilitamiento por la falta de lluvias. No obstante, según ASAJA, los regadíos, ofrecen el contrapunto positivo porque el tiempo despejado ha permitido efectuar las tareas pendientes a buen ritmo.
La Alianza por la Unidad del Campo, también ha mostrado su preocupación por las elevadas temperaturas de los últimos días en Castilla y León que “están afectando seriamente a los cereales en tierras de secano de las zonas más arenosas”.
Sin entrar en cifras, ha asegurado que habrá una “reducción importante de la cosecha en terrenos de peor calidad” de las provincias de Ávila, Segovia, Salamanca, Zamora y Valladolid.
En cualquier caso, aconseja esperar al desarrollo del cultivo en próximas semanas para hacer previsiones serias de cosecha, porque en función del tiempo de los próximos días se podrá determinar el resultado de la campaña.
Aragón
ASAJA de Aragón también se mostrado preocupada por la situación en la que se encuentran los cultivos de secano en la región por la escasez de lluvias en abril y el calor de los últimos días, que ha llevado a los cultivos extensivos a una situación “crítica”.
Según sus datos, las afecciones incluyen todos los cultivos de invierno en secano, entre ellos, los de cebada, trigo, guisante y colza.
Extremadura
APAG Extremadura ha alertado sobre los daños que la ola de calor ha producido en el cereal de invierno, cuya situación de maduración se encuentra muy avanzada. Sus primeros cálculos apuntan a pérdidas de entre 500 y 1.000 kilos por hectárea de trigo.
Además, ha señalado que se ha visto afectado el olivar y prevé problemas para la ganadería por la reducción de los pastos.
