Unión Europea y Marruecos continúan las conversaciones sobre los cambios que se han introducido en el régimen comunitario de importación de frutas y hortalizas, en particular en el sistema de cálculo de los precios de entrada que deben respetar ciertos productos.
Ambas partes no están de acuerdo en las consecuencias del nuevo reglamento. Bruselas señala que se trata sólo de simplificar el sistema de cálculo del precio de entrada que se aplica a algunas frutas y hortalizas con el fin de prevenir mejor los posibles fraudes.
Por su parte, Marruecos considera que el cambio introducido supondrá un encarecimiento de sus frutas y hortalizas en el mercado europeo y que provocará pérdida de empleo. Sólo en el sector del tomate habla de la pérdida de más de 30.000 puestos de trabajo.
En próximos días se van a celebrar nuevas reuniones técnicas entre las dos parte para encontrar una solución.
