Las organizaciones agrarias, cooperativas, industrias alimentarias, distribuidores y consumidores han insistido en la necesidad de que la etiqueta de la miel indique el origen de la misma.
En una reunión con el director general de la Industria Alimentaria, Fernando Burgaz, apuntaron que debería hacerse esa precisión cuando se trate de mezcla de mieles de varios países.
Según la normativa actual basta con indicar que se trata de mieles de la Unión Europea o no procedentes de la Unión Europea pero sin especificar el país.
El sector cree que esa normativa es confusa y no protege ni a los productores ni a los consumidores.
Por otro lado, Burgaz anunció una campaña extraordinaria de inspección en la miel a comienzos de 2015 para valorar la calidad de las mieles producidas y comercializadas en España.
