En la última emisión de AGROPOPULAR -29 de diciembre- Luis Fraile, presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) «Lechazo de Castilla y León», nos dio una serie de recomendaciones para reconocer un buen lechazo.
Según explicó Fraile, «el lechazo auténtico es el de la IGP, el que está formado por las tres razas autóctonas, la churra, la castellana y la ojalada, que son las autenticas de Castilla y León». Esto implica que «son ovejas que están hechas al terreno, que están pastoreadas por pastores de aquí, que mantienen el ecosistema de las rastrojeras, de los montes y que dan una calidad insuperable al lechazo».
El presidente de la IGP indicó que el lechazo es el que mama de la leche materna, que tiene menos de 35 días y no pesa más de 8 kilos en canal. Lechazo significa que solo está alimentado por la leche materna.
Cuando vayamos a comprar un lechazo hay que fijarse en varios detalles, según Fraile: por un lado, en la canal del lechazo hay cuatro vitolas (en cada cuarto de lechazo) y una etiqueta. «En la etiqueta está el código numérico, que es como un carnet de identidad, y la fecha de sacrificio». Por otro lado, en la etiqueta también «está el identificador, el operador que comercializa ese lechazo (el que compra a cada ganadero). Esto significa que hay un control. Asimismo, cuenta con el logotipo de la IGP del Lechazo de Castilla y León (un corderito, arriba con el color azul cielo y abajo amarillo de la tierra) .
«Hay que apostar por nuestro lechazo»
Por otro lado, el presidente de la IGP señaló que ha entrado mucho animal procedente de otros países que luego se vende aquí como si fuese producido en España. A su juicio, esto arrastra consigo que las grandes superficies lo utilicen como un producto reclamo, lo que «lleva consigo que la calidad nuestra no tenga un valor reconocido». Además, repercute en que «los ganaderos suframos este bajo precio».
Por este motivo considera que hay que apostar por «nuestro lechazo», puesto que tiene trazabilidad y tenemos unos trabajadores en el Consejo Regulador que controlan las ganaderías, los mataderos y hacen que ese producto sea el que consta en los pliegos de condiciones, porque es una marca reconocida por la UE.
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