El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) ha publicado una primera versión de su mapa de cultivos y superficies naturales, obtenido a través de imágenes de satélite y actualizado anualmente con dos versiones semestrales con el objetivo de disponer de una cartografía de ocupación del suelo que represente los cambios en los cultivos herbáceos anuales, mayoritarios en la Comunidad, así como en las superficies de vegetación natural.
El proyecto comenzó en el año 2013 y, desde entonces, se han generado mapas de los años 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019. Para la elaboración del mapa se han usado imágenes de los Satélites Deimos-1 (2011-2016), Landsat 8 (2013-2016), Sentinel-2 (2016-2019).
Según el Instituto, a partir del año 2017 se han empleado imágenes Sentinel-2A y Sentinel-2B, lo que conlleva una mejora en la resolución espacial del producto.
Para la clasificación se utiliza un algoritmo de aprendizaje automático que usa además otras capas de información accesoria, como son datos Lidar, la elevación del terreno, la pendiente, la pluviometría media anual y el uso del suelo clasificado en el Sistema de Información Geográfica de parcelas agrícolas (SIGPAC). Para el aprendizaje se utilizan multitud de bases de datos con información puntual de ocupación del suelo.
El proyecto está liderado por el Instituto Técnológico Agrario de Castilla y León y cuenta con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y del Instituto Geográfico Nacional de España para la adquisición de las imágenes, así como con la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y la Consejería de Agricultura y Ganadería para el suministro de casos de entrenamiento.
Este trabajo forma parte del proyecto Horizonte 2020 de la Comisión Europea Sentinels Synergy for Agriculture (Sensagri), que «busca explotar las capacidades de los satélites de la constelación Sentinel mediante el desarrollo de servicios complementarios para la monitorización de la actividad agraria».
La precisión global de la clasificación es de un 87,6 por ciento en términos medios, siendo en términos generales muy superior para las clases de cultivos permanentes que para el resto de cultivos y de vegetación natural.