El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca de la Región de Murcia, Miguel Ángel del Amor, ha señalado que la proposición sobre el cambio climático aprobada la pasada semana en el Congreso de los Diputados, busca «minar» la infraestructura del trasvase y, en caso de transformarse en Ley, va a «destrozar la forma de vida de la cuenca del Segura».
Lo ha hecho durante su comparecencia ante la Comisión Especial del Agua, donde también ha afirmado que el «punto débil» del Trasvase Tajo-Segura es el caudal ecológico, que «sí nos hace daño» y que, según ha detallado, en el tramo por el Azután está «cuatro veces por encima» del mínimo establecido.
En este sentido, ha asegurado que el río Tajo lleva un caudal «muy por encima de lo establecido» en el plan de Cuenca para «desangrar» los embalses de cabecera y afectar al trasvase.
Asimismo, ha apuntado que «sorprendentemente» la pluviometría y las aportaciones en el último año hidrológico en el Tajo ha tenido indicadores por encima de la media de los últimos diez años, mientras que en el sureste español la previsión es que habrá una reducción en las lluvias en 30 milímetros al año.
«No se puede denostar a una región por un cambio de signo político»
El representante del Gobierno ha señalado que el Ejecutivo central tomó varias iniciativas que el actual gabinete no ha continuado, como es la ampliación de la conexión eléctrica en la desalinizadora de Torrevieja, interconexión y construcción de embalses de regulación para caudales y plantas, así como la apertura de pozos en el Campo de Cartagena.
«No se puede denostar a una región por un cambio de signo político», ha apuntando el consejero, quien se ha mostrado decepcionado por la actuación de la oposición, que, en su opinión, ha «radicalizado» sus posturas en relación a la política del agua.
Por último, el consejero ha pedido al Ejecutivo central que defienda ante la Unión Europea la necesidad de rebajar las condiciones incluidas en el borrador de directiva europea sobre reutilización, que ocasionaría la imposibilidad de destinar a regadío, tal y como ocurre en la actualidad, 105 hecrómetros cúbicos anuales procedentes de las depuradoras.