La Comisión Europea ha aprobado un reglamento por el que se fija un contenido máximo de grasas trans artificiales en los alimentos en la UE. Dicho límite se ha establecido en 2 gramos de grasas trans producidas industrialmente por cada 100 gramos de grasa en los alimentos destinados al consumidor final o al comercio minorista.
El objetivo de la medida es mejorar la salud de los consumidores y proporcionar a los europeos alimentos más saludables. Será obligatoria a partir del 2 de abril de 2021.
Bruselas ha precisado que ese límite de 2 gramos de grasas trans por cada 100 gramos de grasa del alimento se refiere a las grasas trans (o ácidos grasos insaturados) que no son las naturales que se dan en la grasa de origen animal sino a las que se producen industrialmente. Entre ellas figuran principalmente los aceites hidrogenados. De forma natural, las grasas trans están presentes en la grasa de vacas, ovejas y cabras así como en su carne y en los productos lácteos.
Disminución, aunque no uniforme
Según Bruselas, los niveles de grasas trans artificiales han disminuido en las últimas décadas en grupos concretos de alimentos pero esa reducción no ha sido uniforme en la UE. En algunos Estados miembros, las grasas trans industriales en alimentos como las galletas y la bollería se mantienen más o menos en los mismos niveles de mediados de la década del 2000.
La Comisión ha señalado que la mayoría de los productos analizados en la UE contienen menos de 2 gramos de este tipo de grasas por cada 100 gramos de grasa. En muchos de ellos el nivel es inferior a 0,5 gramos o inexistente. Sin embargo, los datos muestran que aún hay en el mercado productos, como los citados, con niveles elevados.
No más de un 1% al día
La Comisión Europea recuerda que las enfermedades del corazón son una de las principales causas de muerte en la Unión y que un consumo elevado de grasas trans incrementa considerablemente el riesgo de padecerlas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que no se consuma más de un 1% de grasas trans del total de la ingesta de energía diaria. En el caso de un adulto que consuma 2.000 calorías diarias supondría un máximo de 2,2 gramos por día.
Bruselas presentó su propuesta sobre esta medida en octubre del año pasado.