En su Comunicación sobre el futuro de la PAC, la Comisión Europea vuelve a plantear que se estudie la posibilidad de fijar un límite obligatorio del dinero que puede percibir una explotación en concepto de ayudas directas, con el fin de favorecer un reparto más equitativo de las mismas.
La Comisión subraya que los pagos directos siguen siendo una parte esencial de la PAC pero su distribución actual es reflejo de un sistema en el que las ayudas están vinculadas a la tierra y están concentradas en una minoría de agricultores. Para que sean más eficientes y estén mejor orientadas, plantea una serie de posibilidades (una lista no exhaustiva, dice) que convendría estudiar y que se limita a enunciar sin desarrollarlas:
– Limitación obligatoria de los pagos directos, teniendo en cuenta la mano de obra para evitar efectos negativos en el empleo.
– Introducción de ayudas decrecientes como medio para reducir la ayuda a las
explotaciones de mayor tamaño.
– Mayor énfasis en un pago redistributivo para poder prestar apoyo de forma específica, por
ejemplo, a las explotaciones pequeñas o medianas.
– Garantizar el apoyo a los verdaderos agricultores, centrándolo en aquellos que realizan actividades agrarias como medio de vida.