ASAJA de Castilla-La Mancha ha exigido al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y a la Consejería de Agricultura que mejoren la línea de reestructuración de viñedo para aprovechar el único instrumento con el que cuenta el sector para modernizar las explotaciones agrarias, las bodegas y cooperativas y hacerlas más rentables y competitivas en los mercados nacionales e internacionales.
Tras analizar el informe de la Comisión Europea sobre el nivel de ejecución financiera de los Programas de Apoyo al Sector Vitivinícola, la organización agraria ha denunciado que España no ha consumido cerca del 14% de los fondos asignados para el país en 2018, lo que supone que el sector ha dejado de percibir un montante de alrededor de 63 millones de euros.
De esos 63 millones del Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE) 2018, la línea de inversiones, que tiene como objetivo subvencionar los proyectos de transformación y comercialización para mejorar el rendimiento de la empresa vitivinícola, es la más perjudicada, pues concretamente se han ejecutado 39 millones de euros de los 55 disponibles, con lo que se han dejado de percibir casi un 30% del total de esta medida.
«El programa actual no se adapta a las necesidades reales de los viticultores en la región»
Por otro lado, la organización agraria lamenta que Castilla-La Mancha reciba una ayuda media por hectárea por debajo de la nacional, casi un 12% inferior, a pesar de ser la región con más viñedo de España y el de mayor peso en la economía agraria regional.
En este sentido, ASAJA CLM explica que «el programa actual no se adapta a las necesidades reales de los viticultores en la región», no solo por la cuantía de la ayuda, sino también por la carga burocrática y los controles administrativos.
Es por ello que la organización agraria demanda al Ministerio y a la Consejería de Agricultura que negocien en Bruselas para que la ayuda vuelva a ser del 75% del importe subvencionable por hectárea. Igualmente, pide facilitar la aplicación de esta medida para los viticultores y evitar que se pierdan fondos porque desistan a solicitar una ayuda planteada sin atractivos para el productor.