Las últimas lluvias no son suficientes para compensar el déficit hídrico actual de Doñana. Desde septiembre de 2024, se han recogido 300 litros por metro y a pesar de que esta cifra se aproxima a la media de la última década, se mantiene el nivel freático en mínimos históricos repercutiendo enormemente sobre la calidad de las aguas del acuífero.
Así lo recogen los datos de la Infraestructura y Servicios de las Tecnologías de la Información de la Reserva Biológica de Doñana (ICTS Doñana), dependiente de la EBD-CSIC, que indican además que la cifra de precipitación se encuentra entre los valores promedio de un invierno en Doñana.
También precisan que la lámina de agua de la marisma es extensa, con alrededor de 16.000 hectáreas inundadas, aunque poco profunda para lo que es habitual en estas fechas.
Las lluvias de enero han posibilitado que los niveles de precipitación se sitúen en la actualidad cerca de la media histórica
El año hidrológico, que se cuenta de septiembre a agosto, comenzó con buenas precipitaciones en octubre, seguido de un noviembre y diciembre secos que dejaron a Doñana con escasa agua al inicio del invierno. No obstante, las lluvias de enero han posibilitado que los niveles de precipitación se sitúen en la actualidad cerca de la media histórica.
El hecho destacable de este año frente a años anteriores, han señalado, es que ha habido registros superiores a los 100 litros por metro cuadrado en enero, lo que unido a la precipitación anterior ha hecho que se active el sistema hidrológico al completo.
Sin embargo, Abel Valero, responsable técnico de ICTS Doñana, asegura que «no ha llovido tanto como parece». Además, ha recordado que «partimos de una situación de déficit. Para que se vuelva a restituir el normal funcionamiento de los ecosistemas, tiene que haber un superávit muy grande, es decir, años húmedos por encima de la media, así como reducir las extracciones del acuífero, que está sobreexplotado».