A pesar de los problemas económicos que arrastra Brasil (con dos años consecutivos de caídas del PIB del 3% y una inflación del 10%) y de los altos impuestos que se aplican a los productos importados, los vinos españoles tienen potencial de ventas allí, según el informe `El mercado del vino en Brasil´ para el ICEX España, Exportación e Inversiones, que publica el Observatorio del Mercado del Vino (OEMV).
El texto señala que es un mercado «con alto potencial dado su bajo consumo per cápita y gran población”.
Barreras de entrada a Brasil
No obstante, los vinos que no proceden del área de libre comercio de Mercosur se gravan con fuertes aranceles, según el documento, a lo que se añaden los impuestos que aplica Brasil y los altos márgenes del comercio minorista -entre el 40% y el 50 %- y los restaurantes -en torno 100%-, lo que hace que, cuando el producto llega al consumidor su precio se haya incrementado entre 4 y 6 veces. Por lo tanto, las barreras de entrada son superiores a los que soportan las referencias de Chile y Argentina, que sí se benefician de los acuerdos comerciales preferenciales.
El vino español -al igual que el resto de alimentos de este origen- «goza de una imagen de calidad», al encuadrarse en la gama media y alta en la mente del consumidor brasileño. No obstante, el informe apunta que «existe un desconocimiento generalizado de los vinos españoles, debido a la falta de cultura vinícola».
Además, lo vinos españoles no cuentan con espacio propio diferenciado en los lineales de los supermercados, mientras que los franceses, italianos y portugueses, si lo tienen; Los nuestros se encuadran dentro de «otros vinos» juntos a australianos, sudafricanos o californianos.
Asimismo, según el estudio, el proceso de entrada en Brasil puede ser «extremadamente burocrático y dilatado en el tiempo», ya que se exige una licencia de importación previa al inicio de los envíos, además de las certificaciones necesarias y requisitos de etiquetado.