Luis Planas ha dedicado los últimos días a hacer campaña electoral en Galicia en lugar de atender a la grave situación que se ha creado por las protestas generalizadas de los agricultores y ganaderos prácticamente en toda España. Se trata ya de la oleada de movilizaciones más importantes de este siglo, superando a las que tuvieron lugar hace cuatro años, que se vieron interrumpidas por la llegada de la pandemia. Además, en alguno de los actos, el ministro de Agricultura ha recibido las alabanzas del presidente del Gobierno en los siguientes términos: «Luis Planas es un pedazo de ministro». Sin embargo, ninguno de los dos, ni el jefe del Ejecutivo ni el responsable de la política agraria, han encontrado tiempo durante los últimos diez días para reunirse con el sector y abordar la situación por la que atraviesa el campo español.
Se han escondido. Justo lo contrario de lo que hicieron en Francia, cuando a las pocas horas de estallar las movilizaciones, el nuevo primer ministro (casi recién aterrizado en el cargo) y el de Agricultura multiplicaron sus contactos con los representantes de las organizaciones agrarias y con los que encendieron la mecha de las protestas, hasta que cerraron un pacto de medidas concretas.
Para esta semana el Gobierno ha convocado dos reuniones. Una para abordar la falta de mano de obra en el campo, asunto importante, pero que no figura entre las prioridades y reivindicaciones de los que protestan estos días; las organizaciones agrarias consideradas representativas han declinado asistir por problemas de agenda, ya que la convocatoria fue hecha deprisa y corriendo.
El otro encuentro es el del Observatorio de la Cadena Alimentaria, que, a pesar de los múltiples problemas que hay en el funcionamiento y de las promesas que hizo Planas hace cuatro años, se ha reunido en escasas ocasiones. Ahora el ministro ha convocado a los miembros del mismo, que son multitud, porque forman parte las organizaciones agrarias, las cooperativas, la industria agroalimentaria, las asociaciones que representan a la distribución y miembros de otros foros y organismos. Vamos, un «batiburrillo» citado para la foto y transmitir la idea de que se está haciendo algo.
Los representantes de las tres organizaciones agrarias, que se han visto sobrepasadas por las protestas y tractoradas convocadas por la Plataforma 6F, se encuentran ante un dilema: asistir, aunque estén muy cuestionadas por una parte de los que han salido a las carreteras en los últimos días, y a sabiendas de que no habrá acuerdos con medidas concretas, o no acudir. Mientras, la Plataforma 6F no ha sido convocada.