Tras las últimas críticas del presidente de Rusia, Vladímir Putin, al acuerdo de cereal del Mar Negro -se plantea abandonarlo-, la ONU defendió su importancia y el efecto que ha tenido para reducir los precios globales de los alimentos.
El portavoz de Naciones Unidas Stéphane Dujarric subrayó que la organización seguirá haciendo lo posible para mantener con vida un pacto que considera muy positivo. «Está claro que (…) ha habido una caída en los precios globales de los alimentos y estamos interesados en ver cómo esto continúa para asegurar que los precios no vuelven a subir».
Además, recordó que la ONU sigue trabajando para facilitar las exportaciones rusas de grano y fertilizantes y ha conseguido «algunos logros», aunque siguen existiendo algunos obstáculos.
Ese punto es una de las principales quejas de Putin, que considera que su país ha sido engañado y que no se ha hecho «nada» para remedir esa situación causada por los efectos colaterales de las sanciones occidentales, que no afectan directamente a productos alimentarios pero que, según Naciones Unidas, dificultan las ventas rusas por cuestiones de seguros, pagos y el miedo de empresas a violar las sanciones.
El presidente ruso también cargó contra el destino de las exportaciones ucranianas de grano facilitadas bajo el acuerdo, criticando que gran parte de ellas vayan a la Unión Europea. En este sentido, recordó que Rusia no firmó este acuerdo para favorecer a Ucrania, «sino para nuestros países amigos de África y América Latina. Porque el grano debe ir ante todo a los países más pobres».
Sobre este asunto, el portavoz de la ONU señaló que Naciones Unidas no tiene nada que decir sobre los «contratos comerciales» que guían esas ventas y recordó que los datos son públicos.