Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil han desmantelado un matadero ilegal de ganado ovino en Constantí (Tarragona) que operaba en el interior de una explotación también ilegal, ubicada en el Camí dels Ovellons, que se había convertido en un referente para sacrificar animales según el rito musulmán.
Según ha informado el Instituto Armado, a finales de agosto los agentes detectaron en el Camí dels Ovellons un inusual movimiento de vehículos y comprobaron que iban o venían de una granja. Al trasladarse a la zona vieron alrededor de cien personas, todas de origen magrebí, que celebraban el sacrificio del cordero.
Tras una breve valoración de la situación, solicitaron ayuda a la Policía Local de Constantí y la presencia de los responsables de la instalación. En presencia de los mismos, inspeccionaron toda la superficie y localizaron un matadero clandestino donde supuestamente se sacrificaban y manipulaban las partes del animal.
Los responsables se dedicaban a la compra de animales en otras explotaciones y ofrecían a los clientes la elección de ganado para que lo sacrificaran ellos mismos por 200€
Los agentes también hallaron un cercado con 110 cabezas de ganado en su interior, a las que les habían retirado las marcas auriculares de identificación, y una fosa cavada donde se enterraban sin control alguno los subproductos animales no destinados a consumo humano. La explotación carecía de cualquier tipo de autorización administrativa para albergar la labor que desarrollaba.
Fuentes de la Guardia Civil han informado que los responsables se dedicaban a la compra de animales en otras explotaciones ganaderas y ofrecían a los clientes la elección de ganado para que lo sacrificaran ellos mismos por 200 euros. Posteriormente, los clientes recibían la mercancía que se transportaba en los vehículos particulares sin las mínimas condiciones higiénicas necesarias.
Los responsables de la instalación han sido denunciados por varias infracciones administrativas en materia de sanidad animal, y las 110 cabezas de ovino han quedado inmovilizadas para su posterior control sanitario y, en su caso, la legalización de los animales.