El Parlamento Europeo y la presidencia búlgara del Consejo de la UE han llegado a un acuerdo sobre la nueva normativa relativa a los medicamentos veterinarios. Entre otras cosas, el texto prevé un uso más limitado de los antibióticos en animales que no están enfermos pero sí en riesgo de estarlo.
En concreto, el compromiso alcanzado entre los negociadores de ambas instituciones prevé que los medicamentos veterinarios no se utilicen nunca para mejorar los resultados de la explotación o para compensar las malas prácticas en ganadería. La utilización profiláctica de los antibióticos en los animales (es decir, de forma preventiva, cuando no hay signos clínicos de infección) sólo será posible cuando esté plenamente justificada por un veterinario en los casos en que exista un riesgo elevado de infección con consecuencias graves. Asimismo, la utilización metafiláctica (tratamiento de todo un rebaño cuando hay un animal enfermo) sólo debería llevarse a cabo si no hay ninguna otra posibilidad de tratamiento y tras el diagnóstico de un veterinario.
El acuerdo, que ha sido posible tras cuatro años de intenso trabajo técnico, permite también aclarar y simplificar el procedimiento para la autorización de nuevos medicamentos veterinarios, reduciendo la carga administrativa, sobre todo para las empresas pequeñas.
Asimismo, la nueva legislación mejora la protección de los consumidores europeos frente al riesgo de que aumente la resistencia a los antibióticos debido a las importaciones de productos de origen animal. Además, establece que los operadores de países terceros tendrán que respetar la prohibición comunitaria de utilizar antibióticos como promotores del crecimiento y las restricciones relativas a los antibióticos reservados para uso en humanos.
Las nuevas normas deben aprobarse todavía formalmente en el Consejo de la UE y en el Parlamento Europeo. De momento, el 13 de junio dieron su visto bueno los representantes permanentes de los Estados miembros en Bruselas (Coreper). Ahora deben someterse a votación en el Parlamento Europeo y después volverán al Consejo para su adopción definitiva. Deberán entrar en vigor en 2022, como muy tarde.