El Ministerio de Agricultura trabaja en un proyecto de Real Decreto que recogerá actuaciones sanitarias para las especies cinegéticas que actúan como reservorio de la tuberculosis. El objetivo es de estas medidas es frenar la propagación de esta enfermedad en la fauna silvestre y el ganado doméstico. Las especies contempladas en la disposición serán el jabalí, el ciervo y el gamo.
De momento, el Ministerio ha sometido a consulta pública (hasta el 12 de marzo) los aspectos generales de esa disposición. Recuerda que la tuberculosis es una de las enfermedades compartidas entre el ganado, la fauna silvestre y, esporádicamente, el hombre y que en los últimos años se ha puesto de manifiesto el papel que están jugando en la transmisión y el mantenimiento de la enfermedad ciertos reservorios silvestres, cuya presencia puede ser uno de los factores que están dificultando los avances hacia la erradicación de la misma en el ganado doméstico en ciertas zonas.
En los últimos años se ha puesto de manifiesto el papel que están jugando en la transmisión y el mantenimiento de la enfermedad ciertos reservorios silvestres
Dada esa interacción entre especies domésticas y cinegéticas, las actuaciones sanitarias deben llevarse a cabo tanto en un medio como en el otro. Actualmente no hay normas comunitarias ni nacionales para la erradicación de la tuberculosis en especies animales aparte del bovino (y en ciertas situaciones el caprino), lo que justifica la necesidad de un marco regulador a nivel nacional para el control de la enfermedad en especies silvestres que comparten el entorno natural con animales domésticos.
Según el Ministerio, las medidas en especies silvestres deben ser proporcionales al riesgo de transmisión o mantenimiento de la infección que éstas supongan para otras especies silvestres o domésticas. El riesgo debe basarse en distintos parámetros, como los factores ambientales, la incidencia de la enfermedad en el ganado doméstico o su presencia, o no, en las especies silvestres que actúan como reservorio.
También deben tenerse en cuenta los factores que alteran el grado de densidad de las poblaciones, como el sistema de manejo, tanto de los animales domésticos como de las especies silvestres presentes en granjas cinegéticas, núcleos zoológicos y espacios naturales. Todo ello determinará el nivel de riesgo de cada situación y las exigencias de intervención.