El mercado mundial del trigo está experimentando un «dominio ruso», hecho «necesario» por la escasa oferta de los demás grandes exportadores en 2023-2024, según señala la consultora Agritel.
El analista jefe de la consultora, Alexandre Marie, declaró recientemente que el dominio ruso va a continuar. Es necesario, dado el precario equilibrio del mercado» del trigo a escala internacional. Rusia dispone de una oferta abundante para la actual campaña, cercana al récord del año pasado, con una producción de 87,5 millones de toneladas de trigo y unas existencias de 17,4 millones de toneladas.
Se espera que las exportaciones alcancen la cifra sin precedentes de 49 millones de toneladas. Esto representa alrededor de una cuarta parte del comercio mundial, según Agritel.
Rusia dispone de una oferta abundante para la actual campaña, cercana al récord del año pasado
El liderazgo del trigo ruso se ha acentuado por la caída de la producción de los ocho principales exportadores mundiales, hasta 374,7 millones de toneladas (-23 millones de toneladas en un año).
En Europa continental y China se ha registrado un descenso de la calidad forrajera, debido a las precipitaciones, así como en Ucrania, donde se ha sumado la falta de fertilización nitrogenada.
Otro elemento «frágil» del mercado, según Alexandre Marie, es el origen del mar Negro, que representa alrededor del 40% del comercio internacional de trigo. «Existe un riesgo geopolítico importante en esta zona, escenario de la guerra entre Rusia y Ucrania”.
Según sus cifras, el 31% de la capacidad de exportación del mar Negro está paralizada (sobre todo el puerto de Odesa, con una capacidad potencial de 4,5 millones de toneladas/mes), y el 54% está en peligro por la escalada de las tensiones.
“Resiliencia” para los cerealistas ucranianos
Por otro lado, el experto también destaca la «gran capacidad de recuperación» de los cerealistas ucranianos, ya que Agritel estima la producción de trigo de este país en 20,5 millones de toneladas para 2023-2024, frente a los 21,5 millones de toneladas de la campaña anterior y los 33 millones de toneladas de 2021-22, antes de la invasión rusa.
Es cierto que Ucrania ha desarrollado rutas alternativas, gracias a la logística terrestre (carretera y ferrocarril: 0,35 millones de toneladas/mes) y fluvial (1,3 millones de toneladas/mes).
Sin embargo, las exportaciones del país siguen dependiendo de la reanudación del acuerdo ruso-ucraniano sobre el transporte de cereales a través del mar Negro, que expiró el 17 de julio. A esta inestabilidad geopolítica se añade el empeoramiento de las perspectivas de cosecha en el hemisferio sur.
Francia parece ir bien, con una producción estimada en 34,8 millones de toneladas de trigo blando, de las que al menos «17 millones de toneladas están disponibles para el mercado de exportación». Con la esperanza de recuperar los mercados tradicionales del norte de África, y unas compras potenciales de 1,15 millones de toneladas por parte de China, que ha visto disminuir sus suministros de trigo tras las lluvias.
Agritel estima las exportaciones francesas a Argelia y Marruecos en 2023-2024 en 2,3 millones de toneladas (frente a 1,76 millones de toneladas en 2022-2023) y 2 millones de toneladas (frente a 2,82 millones) respectivamente.
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