En su último informe sobre perspectivas de los mercados a corto plazo, publicado el 8 de octubre, la Comisión Europea constata que, tras sufrir graves perturbaciones y una elevada volatilidad en los últimos años, los mercados agrícolas de la UE están mostrando signos positivos de estabilización. Sin embargo, admite que todavía están sujetos a un alto grado de incertidumbre, vinculada a fenómenos meteorológicos, conflictos geopolíticos y enfermedades animales y vegetales.
El informe subraya que los costes de los insumos han disminuido de forma constante en los últimos meses. Aunque las previsiones apuntan a una subida moderada de los precios de la energía, Bruselas considera que es poco probable que ello se traduzca en un incremento significativo de los costes de la energía para los agricultores. En cuanto a los fertilizantes, el mercado comunitario también se está estabilizando gradualmente, los intercambios vuelven a la normalidad y la producción interna muestra signos de recuperación.
Sin embargo, admite que el precio de estos productos es todavía una preocupación para los agricultores, principalmente debido a la caída de las cotizaciones de los cultivos herbáceos. Ello, unido a unas menores cosechas debido al mal tiempo en diferentes regiones de Europa en 2024 podría provocar problemas de liquidez para los productores de herbáceos, lo que podría afectar a las compras de fertilizantes en la primavera de 2025.
Por otro lado, la Comisión señala que la inflación de los alimentos ha vuelto a una tasa moderada (aunque los precios todavía son, de media, un 32% más caros que en 2020). Además, el entorno macroeconómico general y esa evolución de los precios de los alimentos permite prever posibles mejoras en la demanda de productos agroalimentarios.
Sin embargo, sigue habiendo muchos elementos que generan incertidumbre, como la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos que afectan a la producción, acontecimientos geopolíticos, como las guerras en Ucrania y Oriente Medio, así como posibles conflictos comerciales con China, con consecuencias sobre los intercambios comerciales y los precios de los insumos.
Bruselas subraya asimismo el impacto de la reaparición de enfermedades tanto en plantas como en animales, que afectan a la producción y a la confianza de los consumidores.
