La incertidumbre sigue dificultando las previsiones de los mercados agrarios a corto plazo, según el último informe de perspectivas publicado por la Comisión Europea, que cita, entre esos factores de incertidumbre, “la evolución de las crisis geopolíticas y sus repercusiones en el comercio, los precios y la economía en general, con una presión constante sobre los agricultores”.
Bruselas constata que, desde que publicó las anteriores perspectivas a corto plazo (publicadas en otoño del año pasado), los costes de los insumos han evolucionado de forma favorable, aunque limitada: los precios de la energía, los fertilizantes y los piensos han bajado, pero se mantienen todavía muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia de Covid-19.
Mercados agrarios: los costes de los insumos han evolucionado de forma favorable
Por su parte, los precios en origen de muchos productos básicos también se mantienen por encima de los niveles anteriores a la crisis, aunque algunos están ahora a la baja y a un ritmo de descenso más rápido que el de los costes, lo que perjudica la rentabilidad de determinadas explotaciones.
Otros factores que añaden presión a los mercados
La Comisión explica en su informe que hay otros factores que podrían, en cierta medida, añadir más presión sobre los agricultores. Entre ellos, los altos tipos de interés y los elevados costes laborales.
Los conflictos en curso en Ucrania y en Oriente Medio pueden prolongar las dificultades o incluso crear nuevas perturbaciones en el comercio internacional de mercancías, incluida la reorientación del comercio, lo que provocaría un aumento en los costes de transporte y también retrasos en las transacciones.
“Esos acontecimientos podrían ejercer una presión al alza sobre los precios de los insumos y de las materias primas agrarias, cuyo alcance es difícil de predecir, pero con grandes posibilidades de repercutir en los mercados agrarios”.
A lo largo de la cadena alimentaria comunitaria, la transmisión del descenso de los precios en origen a los que perciben los transformadores y los que pagan los consumidores sigue siendo lenta.
El índice de precios de la industria agroalimentaria está a la baja desde abril de 2023
El índice de precios de la industria agroalimentaria está a la baja desde abril de 2023, según el informe de la Comisión, mientras que el índice de precios al consumo de los alimentos se mantiene en un nivel elevado.
En particular, los precios de las frutas y hortalizas frescas y del aceite de oliva siguen subiendo; otros productos se mantienen estables (aunque en niveles elevados), como las carnes y el pan.
Los altos precios, combinados con unas perspectivas reducidas de crecimiento económico (y, por tanto, de la renta de los hogares), seguirán influyendo negativamente en las tendencias de consumo de la UE en 2024, lo que provocará posibles cambios en la demanda de productos.
El informe de Bruselas hace referencia también a otro factor de incertidumbre: la meteorología. Cita a la Península Ibérica y apunta que, tras varios años de tiempo seco y caluroso, “llegan señales positivas para la próxima campaña”, aunque recuerda “la imprevisibilidad de los fenómenos meteorológicos extremos y los bruscos cambios meteorológicos observados en años anteriores”.
Por sectores, y a la vista de todos estos condicionantes, la Comisión Europea destaca:
- Cultivos herbáceos: en 2024/25 se espera un aumento de la producción, con nuevas expectativas de que la balanza comercial de la UE vuelva a la media de los últimos 5 años (combinación de una mejora de las exportaciones y una reducción de las importaciones). Al mismo tiempo, la producción de semillas oleaginosas y proteaginosas de la UE podría crecer en 2024/25, mientras que las importaciones de harinas y aceites de semillas oleaginosas podrían seguir disminuyendo.
- Azúcar: se estima que la producción comunitaria de azúcar en 2023/24 aumentará hasta la media de 5 años, lo que provocará una fuerte reducción de las importaciones netas de este producto.
- Frutas: la producción de manzanas de la UE alcanzará en 2023/24 el nivel más bajo de los últimos 3 años debido a la reducción de la superficie y a las desfavorables condiciones meteorológicas en los principales países productores, lo que repercutirá negativamente en el consumo. Esas condiciones han afectado también a la producción de naranjas, tanto en cantidad como en calidad, con una reducción significativa de las exportaciones y un impacto negativo en el consumo.
- Aceite de oliva: a pesar de una cierta recuperación de la producción comunitaria en 2023/24, tanto la demanda interna como la de exportación siguen sufriendo las consecuencias de los elevados precios.
- Vino: se prevé que la producción descienda en la UE debido a la climatología adversa, mientras que el consumo continúa su tendencia a la baja y el comercio se contrae.
- Leche: a pesar de la continua disminución de la cabaña de vacas lecheras, se prevé que la oferta de leche de la UE aumente ligeramente en 2024; Bruselas estima que los márgenes de los ganaderos podrían mejorar debido a una estabilización de los precios de la leche cruda por encima de los niveles históricos combinada con la bajada de la inflación.
- Carnes: el aumento de la producción avícola compensa casi totalmente el descenso de otros sectores cárnicos, mientras que la balanza comercial global sigue empeorando. La tensa situación entre la oferta y la demanda de carne sostiene unos precios de mercado relativamente altos, mientras que las importaciones en la UE podrían seguir creciendo.