La Comisión Europea presentó este viernes, 21 de abril, una propuesta de modificación de las normas sobre etiquetado de la miel. En ella plantea la obligación de indicar en las etiquetas el país o los países de origen (en el caso de las mezclas), tanto si se trata de Estados miembros de la UE como de países terceros.
Sin embargo, no obliga a indicar el porcentaje de miel de cada uno de los orígenes, que es lo que viene pidiendo el sector apícola comunitario.
Bruselas incluye esta propuesta relativa a la miel en un proyecto más amplio de revisión de las normas de comercialización aplicables a varios productos agroalimentarios, como las frutas y hortalizas, zumos y confituras de frutas, miel, aves de corral y huevos.
No obliga a indicar el porcentaje de miel de cada uno de los orígenes, que es lo que viene pidiendo el sector apícola comunitario
El objetivo, según la Comisión, es ayudar a los consumidores a optar con mayor conocimiento de causa por una dieta más sana y contribuir a evitar el desperdicio de alimentos.
El proyecto incluye normas de etiquetado del origen más claras y obligatorias para la miel, los frutos de cáscara y los frutos secos, los plátanos maduros y las frutas y hortalizas acondicionadas, transformadas y cortadas (por ejemplo, las hojas de ensalada envasadas).
El país, o los países de origen en el caso de mezclas, deberán figurar en la etiqueta, lo que, según la Comisión, mejorará la transparencia para los consumidores y también debería servir para promover la producción de estas mercancías en la UE.
Plantea que en todos los Estados miembros sea obligatorio indicar la lista de todos los países de origen
En lo que respecta a la miel, la Comisión Europea recuerda que la normativa actual (una directiva) ya exige que se indique en la etiqueta el país o los países de origen, pero también ofrece la posibilidad de sustituir la lista de países por menciones como “mezcla de mieles de la UE”, “mezcla de mieles no procedentes de la UE” o “mezcla de mieles procedentes de la UE y no procedentes de la UE”.
Añade que la falta de armonización de las normas ha dado lugar a diferencias en el etiquetado entre los Estados miembros. Ahora plantea que en todos los Estados miembros sea obligatorio indicar la lista de todos los países de origen (Estados miembros y terceros países).
A la hora de preparar la propuesta Bruselas barajó varios enfoques, entre ellos el de la indicación obligatoria de todos los países de origen incluido el porcentaje. Sin embargo, finalmente optó por no exigir el porcentaje.
Considera que la indicación de todos los países de origen responde a la demanda de los consumidores de mejorar la información y, al mismo tiempo, limita los costes y las cargas vinculados a la indicación del porcentaje exacto de cada origen en las mezclas de miel y se ajusta a las obligaciones internacionales de la UE.
Por lo demás, la propuesta de Bruselas aborda también la cuestión de los residuos alimentarios y los residuos de envases (por ejemplo, las frutas y hortalizas “feas”, con defectos externos, pero aptas para el consumo local o directo, vendidas a nivel local y directamente por los productores a los consumidores, quedarán exentas del cumplimiento de las normas de comercialización), establece que el marcado de los huevos también se realizará en la explotación (lo que mejorará la trazabilidad), determina el contenido de fruta en las confituras y recoge normas sobre el etiquetado de los zumos de frutas.
