La Comisión Europea presentó hace unos días una propuesta de modificación de las normas sobre etiquetado de la miel. En ella plantea la obligación de indicar en las etiquetas el país o los países de origen (en el caso de las mezclas), tanto si se trata de Estados miembros de la Unión Europea como de países terceros; sin embargo, no obliga a indicar el porcentaje de miel de cada uno de los orígenes, que es lo que viene pidiendo el sector apícola comunitario.
A la hora de preparar la propuesta Bruselas barajó varios enfoques, entre ellos el de la indicación obligatoria de todos los países de origen incluido el porcentaje.
Sin embargo, finalmente optó por no exigir el porcentaje. Considera que la indicación de todos los países de origen responde a la demanda de los consumidores de mejorar la información y, al mismo tiempo, limita los costes y las cargas vinculados a la indicación del porcentaje exacto de cada origen en las mezclas de miel.
Bruselas incluye esta propuesta relativa a la miel en un proyecto más amplio de revisión de las normas de comercialización aplicables a varios productos agroalimentarios, como las frutas y hortalizas, zumos y confituras de frutas, miel, aves de corral y huevos.
COAG: «Esta noticia es una vergüenza»
Sobre este asunto, hablamos en AGROPOPULAR con Pedro Manuel Loscertales Nogués, responsable estatal del sector Apícola de COAG, en Castelflorite (Huesca), que aseguró estar «sorprendido» por esta noticia porque, según recordó, en 2020 el Ministerio hizo una modificación de la norma europea en la que se debía detallar en la etiqueta los países de procedencia de las mezclas de las mieles.
A su juicio, esta noticia «es una vergüenza porque seguimos sin saber las miles de toneladas que entran de China”. El responsable de COAG subrayó que los consumidores no ven por ninguna parte en la etiqueta la palabra «China», a pesar de que en 2022 entraron 7.000 toneladas de miel procedentes de ese país.
«Esto no es lo que pedía el sector ni por lo que trabaja». A su juicio, se deben mencionar los porcentajes para que el consumidor pueda decidir si apuesta por esa miel o no.
Estamos viendo que «puedes mencionar España con un 1% de la miel», apuntó, lo que «para el sector es vergonzoso». Por último, recordó a los consumidores que «la miel que importamos no poliniza en España, no produce alimentos en España».