Las tormentas de granizo, lluvia y viento registradas en los últimos días en buena parte del país han provocado cuantiosos daños en el campo, sobre todo en Extremadura, Castilla y León y Aragón.
En Extremadura las zonas más afectadas han sido las comarcas de Las Vegas Altas y La Serena, en Badajoz, donde el granizo habría arrasado unas 10.000 hectáreas de cultivos, según las organizaciones agrarias. Las producciones con más pérdidas son el tomate, el maíz y la fruta de hueso.
En Castilla y León, la Alianza UPA-COAG estima que más de 20.000 hectáreas de cultivos podrían estar afectadas por las tormentas de granizo registradas a lo largo de la semana. Su intensidad “ha dado al traste” con miles de hectáreas de cebada, trigo, centeno y avena que estaban a punto de ser cosechadas, por lo que, según esta organización, no se va a recoger esa cosecha histórica de la que se venía hablando.
Otros cultivos como la remolacha, el girasol, la patata, el maíz, las hortalizas y las alubias han sufrido también graves daños y el arrastre de tierras ha provocado asimismo importantes perjuicios.
La organización ha pedido a las administraciones que declaren zona catastrófica los términos municipales más afectados y a Agroseguro que agilice el proceso para la tasación de las explotaciones afectadas y para el pago de las indemnizaciones.
En Aragón, la Unión de Agricultores y Ganaderos (UAGA) estima que se ha perdido un 90% de las cosechas en los municipios de Maluenda, Paracuellos de Jiloca y Calatayud como consecuencia de la tormenta del pasado martes, 5 de julio.
Se trata principalmente de cereales y frutales. En el caso de estos últimos ha caído mucha fruta al suelo y la que permanece en los árboles está completamente estropeada por el impacto del granizo. Son sobre todo manzanas, peras, melocotones y cerezas.