Confieso que estoy con la mosca detrás de la oreja. Los resultados de las últimas elecciones generales del pasado domingo y el posterior anuncio el martes de un principio de acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar un gobierno de coalición, que necesitaría del apoyo de otras fuerzas políticas, como nacionalistas e independentistas, entre otros, me ha sobresaltado y ha llevado a plantearme la siguiente pregunta: si finalmente se forma este gobierno de coalición, ¿se mantendrá como tal el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, o se fusionará con el nuevo Ministerio del Reto Demográfico, que anunció Sánchez durante la última campaña electoral? Ya hemos visto que el actual inquilino de La Moncloa es capaz de casi todo, por lo que no se debe descartar la hipótesis anterior.
Otros tres datos a tener en cuenta. El primero es que los socialistas no van a soltar el Ministerio de Transición Ecológica, ya que es una apuesta personal de Sánchez y de su protegida Teresa Ribera. El segundo es que uno de los temas sociales más queridos para los de Podemos es justamente el de la despoblación en el medio rural, aunque otra cosa bien distinta es que tengan medidas realistas para solucionar este grave problema. Y el tercero es que existe el siguiente precedente: el pasado mes de julio, el líder del PSOE ofreció a Podemos el Ministerio de Agricultura, en una de las múltiples idas y venidas negociadoras que mantuvieron entonces sus equipos.
A la vista de lo anterior no es descabellado pensar que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias terminen pactando una fusión de los Ministerios del Reto Demográfico y de Agricultura. Y, también, que este departamento termine en manos de Podemos, ya que desde el mismo podrían poner en práctica una parte de las políticas medioambientales que figuran en su programa, una vez que está claro que no se harán con el control del Ministerio de Transición Ecológica.
Como hemos visto a lo largo de los últimos días, de Pedro Sánchez se puede esperar cualquier cosa y que lo que un día es blanco pase a ser negro y viceversa. Quizás este sea uno de los motivos que han llevado al actual ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, el desaparecido Luis Planas, a echar las redes y comenzar la búsqueda de un puesto en organismos públicos que esté mejor pagado que el de ministro y que, además, exija menos dedicación y esfuerzo, cualidades de las que Planas no es un fiel devoto precisamente.