El ministro de Agricultura francés, Stéphane Travert, ha pedido tiempo antes de prohibir el glifosato y ha señalado que es necesario encontrar productos sustitutivos para que los agricultores puedan seguir trabajando.
Su posición no es, por tanto, tan drástica como la que defiende el ministro de Transición Ecológica, Nicolas Hulot, quien ya ha afirmado que Francia se pronunciará en contra de la renovación de la autorización del glifosato por diez años en la votación que tendrá lugar a principios de octubre.
Durante una reciente visita a Rennes, al oeste del país, Travert apuntó que «tenemos que gestionar las cosas con tiempo. Siempre he dicho que en estos asuntos, en los que no tenemos salidas técnicas, hay que poder reflexionar para saber cómo encontrar productos sustitutivos». Añadió que lo deseable es que se asignen «medios para que la investigación y la innovación puedan encontrar productos sustitutivos», para hallar una solución «aceptable para los productores, para que puedan seguir trabajando».
Hay que recordar que el comisario de Sanidad, Vytenis Andriukaitis, ha asegurado que la autorización del glifosato por diez años que ha propuesto solo se aprobará si cuenta con una mayoría cualificada de Estados miembros a favor. Si Francia vota finalmente en contra y Alemania se abstiene sería complicado conseguir esa mayoría.