Ante la «desaparición» de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, y de Luis Planas, ministro de Agricultura, esta semana toman el relevo el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y el secretario general de Agricultura, Fernando Miranda, para intentar que los conflictos del lobo y de la futura PAC en Andalucía no vayan a más. La primera cita será mañana y a ella asistirán Moran y Miranda y los representantes de las organizaciones agrarias.
Tendrá carácter telemático, dado que, según dicen desde el departamento de Teresa Ribera, la sede del Ministerio no cuenta con una sala donde poder reunirse manteniendo la distancia de seguridad, algo que los representantes agrarios no se creen. Estos últimos van a poner de manifiesto el rechazo de los ganaderos a la anunciada medida de prohibir totalmente la caza del lobo en España y su negativa a que se paguen ayudas a los afectados por los ataques de este animal con cargo al dinero de la Política Agraria Común (PAC). Argumentan que es un problema externo a la PAC y que deben utilizarse fondos externos también. Mientras tanto, Fernando Miranda, convertido en bombero, se desplazará el miércoles a Sevilla para explicar a los representantes del campo andaluz los proyectos que manejan en el Ministerio sobre la nueva PAC.
La importante reducción del número de regiones productivas y la desaparición de los derechos de ayuda de carácter histórico anunciados en su día por Planas provocarían, según las organizaciones agrarias y las cooperativas de esta región, un importante perjuicio al sector agrario. Mientras tanto, Planas sigue sin aparecer a estos efectos.
Artículo de opinión de César Lumbreras publicado en `La Razón´ el 22 de febrero de 2021
