¡Ojo a lo que pasa en Francia! La FNSEA, la principal organización agraria francesa ha anunciado que convoca nuevas movilizaciones a partir de mediados de noviembre. Reclaman a Bruselas y también al Gobierno de París medidas reales para simplificar la PAC, que lleguen los prestamos garantizados y bonificados prometidos y ayudas para compensar las pérdidas provocadas a los ganaderos por la lengua azul. Pero lo que ha venido a desbordar el vaso, además de la aprobación de la Ley de Restauración de la Naturaleza hace unos meses, es la relación con Mercosur y la posibilidad, cada vez más cierta y más cercana de que la Unión Europea y los países miembros de este bloque comercial cierren el acuerdo comercial que llevan negociando desde hace muchos años.
Digo que la posibilidad es cada vez más cierta y más cercana, porque se quiere hacer el anuncio a mediados del próximo mes de noviembre, coincidiendo con la celebración de la reunión del G20 en Rio de Janeiro dentro de tres semanas. Días atrás ha estado por allí el vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Comercio Exterior y Francia, que rechaza este acuerdo, se va quedando cada vez más sola. Mientras tanto, Alemania y España apoyan de manera decidida y firme este pacto, que facilitaría la entrada en el mercado de la UE de numerosos productos agroalimentarios procedentes de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
¿Habrá efecto contagio de esas movilizaciones en Francia en otros Estados miembros, como España?
¿Habrá efecto contagio de esas movilizaciones en Francia en otros Estados miembros, como España? Es difícil saberlo, pero la realidad es que la mayor parte de los problemas que había a principios de año siguen ahí muy presentes, por mucho que Luis Planas, el ministro «sanchista» de Agricultura, diga que se han resuelto con sus últimas medidas. Es más, en algunos casos se han agravado, por ejemplo, los de sanidad ganadera con la lengua azul campando a sus anchas. Es verdad que las competencias en esta materia son de las Comunidades Autónomas, pero no es menos cierto que el mosquito no sabe de fronteras y que ha llegado ya a numerosos puntos de España, sin que Planas y sus mariachis se hayan puesto manos a la obra y hayan ejercido la tarea de coordinación que tienen adjudicada en la normativa vigente.
Y de poner dinero, ya ni hablamos. Vamos, que el «sanchista» Planas y sus mariachis siguen desaparecidos a estos efectos. Eso sí, el ministro de Agricultura tiene tiempo para irse una y otra vez a Marruecos. Ayer estuvo allí. ¿se habrá quedado a pasar el fin de semana en el palacete que tiene en el vecino país?Algún día terminaremos sabiéndolo. ¡Habibi Planas!
P.D: traducción de Habibi: mi querido, o amado, o te quiero
