El Tribunal de Justicia europeo ha publicado su sentencia sobre cómo deben considerarse las plantas obtenidas por medio de la técnica de selección denominada mutagénesis. Se trataba de determinar si esas plantas se consideran transgénicas –y, por tanto, deben estar sometidas a la normativa comunitaria relativa a los organismos modificados genéticamente- o no.
De ello nos habló Juan Ignacio Cubero, profesor catedrático emérito de Genética de la Escuela de Agrónomos de Córdoba, en la ‘Sección de Innovación’ de la última emisión de Agropopular (28 de julio).
En primer lugar, explicó que la mutagénesis es el procedimiento por el cual se obtienen mutaciones. En este sentido, subrayó que las manzanas de diferentes colores, sabores, o las mandarinas sin pipas, son mutaciones que han ido ocurriendo. «Son cambios que ha permitido la evolución y en la agricultura, la selección de nuevas variedades».
El profesor hizo hincapié en que las mutaciones pueden ser naturales, que han ocurrido a lo largo de los siglos, pero que ha habido procedimientos para inducirlas, para copiar la naturaleza. «El hombre hace más de 100 años que ha estado utilizando los mismos procedimientos».
Sin embargo, en los últimos años han surgido nuevas maneras más precisas y limpias de conseguir mutaciones. Estos nuevos procedimientos son biotecnológicos, con los cuales se han obtenido los transgénicos, pero con ellos también se obtienen mutaciones.
Sentencia
En este sentido, Cubero subrayó que la sentencia establece una diferencia entre los métodos anteriores (que lleva aplicando el hombre desde hace 100 años, como pueden ser los rayos x) y los nuevos biotecnológicos. En concreto, los obtenidos con los nuevos procedimientos deberán seguir la normativa europea de transgénico, aunque no lo sean.
Por lo tanto, aclaró el profesor, los métodos anteriores «se aceptan plenamente, tanto el procedimiento como lo obtenido, pero a los nuevos se le aplica una normativa sobre transgénicos muy restrictiva, a pesar de ser un procedimiento mucho más limpio».
A su juicio, la sentencia es bastante coherente con la política europea, pero es un pequeño atraso para entrar en la carrera de la innovación y el futuro. «Europa ha perdido el tren y quien se queda parado pierde», concluyó.
Escuche la intervención completa