El Ministerio de Agricultura ha presentado un nuevo proyecto con las normas básicas de ordenación de las explotaciones avícolas. El texto, que introduce algunos cambios con respecto al que sometió a consulta del sector en septiembre del año pasado, recoge las condiciones mínimas de infraestructura, equipamiento y manejo, ubicación, bioseguridad y condiciones higiénico-sanitarias y requisitos medioambientales que deben cumplir las granjas avícolas.
La disposición abarca no solo las explotaciones de avicultura de carne sino también las de puesta y las que críen o mantengan aves para otras producciones.
El proyecto presta especial atención a los aspectos sanitario y medioambiental. En el caso del primero, subraya la importancia de armonizar e incrementar “las medidas higiénico-sanitarias y de bioseguridad con la finalidad de evitar la entrada y propagación de enfermedades que podrían dar lugar a pérdidas, tanto directas en la propia granja como indirectas en el conjunto del sector por efectos perjudiciales en el mercado nacional y mucho más trascendentes en el mercado internacional”.
Los requisitos de bioseguridad serán obligatorios tanto para las explotaciones de nueva instalación como para las existentes, aunque con menores obligaciones para las clasificadas de autoconsumo y las reducidas, debido a su menor riesgo en relación con la propagación de enfermedades.
El proyecto considera como de autoconsumo las explotaciones que tengan como máximo 0,15 Unidades de Ganado Mayor (UGM) de aves de corral y que no comercialicen sus productos. Las reducidas son aquellas que albergan un máximo de 0,75 UGM.
En cuanto al ámbito medioambiental, el texto precisa que la producción avícola tiene una repercusión significativa en la producción de nitratos y en la emisión de amoniaco a la atmosfera. Por ello, la norma incorpora, por un lado, la necesidad de llevar a cabo una adecuada gestión de los estiércoles y, por otro, un programa de reducción de emisiones (al igual que en la norma sobre ordenación de explotaciones porcinas).
Veterinario de explotación
El proyecto hace hincapié también en el uso responsable de los medicamentos veterinarios, con el fin de frenar el aumento de la resistencia a los antibióticos.
Por otro lado, establece de forma clara las funciones y deberes de todas las personas y entidades con responsabilidad en una granja avícola. En este punto, introduce la obligación de contar con un veterinario de explotación. Será designado por el titular de la misma y será el encargado de asesorarle e informarle de las obligaciones y requisitos a cumplir en materia de bioseguridad, higiene, bienestar y sanidad animal.