El gran reto de 2020: La nueva PAC va por otros derroteros. César Lumbreras, director de AGROPOPULAR, lo ha ido explicando en varios editoriales durante el programa. A continuación los hemos recopilado todos:
Parte I: O el campo aprende a “venderse en positivo” o pierde la batalla y la guerra
El sector agrario, o el campo entendido en sentido amplio, tiene un grave problema de imagen ante el conjunto de la sociedad, sobre todo la urbanita. Ese problema se ha vuelto a poner de manifiesto en los últimos días con motivo de la COP25. Para solucionarlo, lo primero es ser consciente de ello y, luego, debe ponerse manos a la obra para resolverlo.
Así, de entrada, es necesario que comience a “venderse en positivo” y rompa con la imagen de un sector “llorón y pedigüeño” que siempre se está quejando y reclamando ayudas: debe trasladar a la sociedad, tanto en España como en el resto de la UE, lo que hace por ella.
En primer lugar, es un sector que produce alimentos, aunque este papel no se valore mucho en estos momentos en los países desarrollados, en los que el hambre es la excepción. Y lo hace en cantidad suficiente, con una calidad y seguridad contrastada, situando los alimentos europeos en los niveles más altos del mundo, a unos precios que son asequibles para los consumidores y no siempre remuneradores para los agricultores y ganaderos. En segundo lugar, el colectivo de los agricultores y ganaderos es, con su actividad y presencia en el medio rural, clave para frenar el fenómeno de la despoblación y para luchar contra ella y los desequilibrios territoriales. Sin agricultores y ganaderos habría todavía menos pueblos y más despoblación en una gran parte del territorio español.
En tercer lugar, el sector agrario es el más interesado en el cuidado y protección del medio ambiente porque vive de él. Es verdad que ha habido excesos, como en todos los sectores, pero también es verdad que las exigencias en materia de medio ambiente que deben respetar los agricultores y ganaderos europeos, incluidos los españoles, son las más altas del mundo, lo que provoca que tengan más costes de producción y sean menos competitivos frente a las mercancías de países terceros.
Por último, el sector agrario es el único que tiene un doble papel frente al cambio climático, tan de actualidad estos días por la COP25. Es verdad que, como los otros sectores económicos (transporte, turismo, industria…) también contamina, pero asimismo es verdad que tiene un papel de sumidero evitando que se emitan más gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Todo lo anterior se debe poner de manifiesto y es necesario darlo a conocer. Si el propio sector agrario, entendido en sentido amplio, no asume esta tarea, nadie lo va a hacer por él.
Parte II: La producción importa poco
El Pacto Verde presentado por la Comisión Europea y la lucha contra el cambio climático en el marco de la COP25 de la ONU han sido dos de las noticias más importantes de la semana que está a punto de finalizar y que ha venido muy cargada. En ella ha habido mucho verde, mucho de exigencias medioambientales y mucho clima, pero casi nadie se ha acordado del que debería seguir siendo el elemento más importante de la actividad agraria: la producción de alimentos.
En los países desarrollados, donde no hay hambre con carácter general, el papel productivo ha pasado a un segundo o tercer plano. En este primer mundo europeo en el que nos encontramos el principal problema hace medio siglo era abrir el frigorífico y que hubiese leche y alimentos básicos. Hoy la situación es muy diferente y el problema surge cuando en la nevera no encontramos la marca de leche que nos gusta, el tipo de leche que deseamos (entera, semidesnatada, desnatada, con calcio, con omega…) Entonces se desata el drama.
Pero casi nadie nos planteamos que un mal día, al abrir este electrodoméstico, no esté la botella de leche allí. Tampoco se nos ocurre pensar en la posibilidad de que otro mal día pueda estar la mencionada botella, pero que nos haya costado carísima, porque su producción y oferta haya bajado mucho y los precios se hayan disparado. Y eso puede llegar a suceder.
Como afortunadamente el fantasma del hambre ha quedado muy lejos en nuestro país y los de nuestro entorno, la preocupación por la producción de alimentos, eje principal de la actividad agraria, ha dado paso a otros factores y se pide a los agricultores y ganaderos, no ya que produzcan, sino que lo hagan siendo mas respetuosos con el medio ambiente y que esta tarea contribuya de forma clara a la lucha contra el cambio climático.
No hay más que revisar las ideas incluidas en el Pacto Verde presentado por la Comisión Europea el miércoles. Y eso está muy bien, pero sin olvidar la que debería seguir siendo la labor principal de los agricultores y ganaderos: producir alimentos en cantidad suficiente, de calidad y seguridad contrastada, a precios asequibles para los consumidores y también remuneradores para la gente del campo y de la mar y, por supuesto, de la manera más sostenible posible. Hay que lograr ese equilibrio. El factor producción debe estar muy presente, algo que ahora no sucede. Hay que explicárselo a los consumidores en esa campaña de imagen tan necesaria.
Parte III: lo verde es lo que importa
Aquí va una pregunta: ¿podría fijarse en la próxima PAC un tope en el uso de pesticidas y productos fitosanitarios en una explotación para seguir cobrando las ayudas de la PAC? Pues bien, existen bastantes posibilidades y esta es una de las ideas con las que se está trabajando en Bruselas en estos momentos. Y lo mismo se puede decir del uso de fertilizantes o de los antibióticos en el caso de la actividad ganadera. Porque la protección del medio ambiente es lo que va a primar y es muy probable que se vincule la concesión de las futuras ayudas directas al cumplimiento de una serie de normas más exigentes que las actuales.
Dicho de otra manera, “lo verde” es lo que se lleva ahora. Ahí va un ejemplo: la presentación hace unos días del llamado Pacto Verde europeo por parte de la Comisión Europea, que va a ser la espina dorsal de su actuación durante el mandato de cinco años que comenzó el pasado día 1. Otro ejemplo: el vicepresidente y mandamás de la nueva Comisión Europea, el holandes Frans Timmermans ha dicho días atrás ante la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo que la PAC debe estar al servicio de ese Pacto Verde Europeo. Más claro, agua.
Y eso es lo que hay. Por todo lo anterior el sector agrario debe, en esa campaña que propongo de “venderse en positivo”, poner en valor lo que hace por el medio ambiente. El buen agricultor y ganadero es el principal interesado en ser respetuoso con el medio ambiente porque la mayor parte de ellos viven gracias al mismo. Por supuesto que hay excepciones, pero son eso, excepciones que además el propio sector debería purgar. Ahora toca explicar a la sociedad que la gente del campo también es verde y que, en líneas generales, ya es respetuosa con el medio ambiente, lo que supone mayores costes de producción y no poder competir con los productos que vienen de fuera, que no respetan las mismas reglas que la UE impone a los de aquí. En resumen, lo verde es lo que importa y hay que subirse a ese carro.
Parte IV: el doble papel en la lucha contra el cambio climático
¿Cuál es el único sector económico que desempeña una doble función en relación con el cambio climático? Pues, sin lugar a dudas, el agrario entendido en sentido amplio, incluyendo también el forestal. Y eso se debe utilizar y poner en valor durante la campaña para “venderse” en positivo que tiene que acometer los agricultores, ganaderos y silvicultores y sus organizaciones representativas.
Todos los sectores económicos, desde el turismo al transporte pasando por el industrial, por citar tan solo algunos, son fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y, por lo tanto, contribuyen a la subida de temperaturas y al cambio climático. El agrario y el forestal también contaminan, pero, a la vez desempeñan un papel de sumidero y evitan que vayan más gases de efecto invernadero a la atmósfera. Y eso hay que decirlo y utilizarlo en la campaña de imagen.
Visto que una de las principales preocupaciones de la sociedad actual, por lo menos en los países desarrollados, es la lucha contra el cambio climático. Visto que la mayor parte de los Gobiernos de los Estados miembros de la UE y que la Comisión Europea han hecho de la lucha contra el cambio climático uno de los ejes de su actuación política. Visto que el Pacto Verde europeo ha apostado de forma decidida por la lucha contra el cambio climático y visto que el 40 por ciento de los fondos de la futura PAC estarán vinculados a medidas de lucha contra el cambio climático, toca hacer valer y vender en positivo el doble papel que desempeñan los sectores agrario y forestal en esa batalla.
Es verdad que nos encontramos ante un incremento de las exigencias y obligaciones para los agricultores y ganaderos, pero también es verdad que se abre un nuevo frente de oportunidades, vendiendo ese papel que se desarrolla desde los sectores agrario y forestal para proteger nuestro planeta. Este, el de la lucha contra el cambio climático y lo que hace el campo para contribuir a ese objetivo, va a ser uno de los asuntos prioritarios del año que está a punto de comenzar. Y los sectores agrario y forestal deben aprovecharlo en su favor.