Después de que el Consejo Agrícola aprobara sus conclusiones sobre la estrategia “de la granja a la mesa” presentada por la Comisión Europea, el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE adoptó las suyas sobre la otra estrategia comunitaria que también tendrá muchas implicaciones para el sector agrario: la relativa a la “biodiversidad para el año 2030”.
El texto de los ministros respalda los objetivos de la Comisión Europea, entre los que figura el de que al menos el 10% de la superficie agrícola se destine a usos no productivos y que favorezcan la biodiversidad.
Asimismo, “el Consejo acoge con satisfacción el objetivo de que se cree una red coherente de espacios protegidos bien gestionados y de que se proteja, como mínimo, un 30 % de la superficie terrestre de la UE y un 30 % de la superficie marítima de la UE (…) Esta red debe basarse en la red Natura 2000 y complementarse con las nuevas designaciones de los Estados miembros”.
El Consejo subraya la necesidad de apoyo a las iniciativas que se lleven a cabo en el marco del Pacto Verde Europeo y a los objetivos de la UE y los Estados miembros relacionados con la seguridad alimentaria, la salud, el cambio climático y el uso sostenible de los recursos naturales, en particular con la agricultura y los sistemas alimentarios sostenibles.
Estudios de impacto
Al igual que el Consejo Agrícola, los ministros de Medio Ambiente piden a la Comisión Europea que presente estudios de impacto previos a cualquier propuesta legislativa dirigida a lograr los objetivos recogidos en la estrategia.
En sus conclusiones, señalan su honda preocupación por la tasa mundial de pérdida de biodiversidad y reconocen la necesidad de intensificar los esfuerzos haciendo frente a los factores directos e indirectos de la perdida de biodiversidad y naturaleza, como la sobreexplotación de los recursos naturales, el cambio climático, la contaminación, las especies exóticas invasoras y los usos del suelo y del mar.
El Consejo destaca que la protección, conservación y recuperación de la biodiversidad y unos ecosistemas sanos y que funcionen adecuadamente contribuirán a impulsar nuestra resiliencia y a evitar la aparición y propagación de nuevas enfermedades.
Por último, los Estados miembros quieren que una parte significativa del 30 % del presupuesto de la UE y de los gastos del Plan de Recuperación de la UE dedicados a la acción por el clima se inviertan en soluciones basadas en la biodiversidad y la naturaleza que fomenten la biodiversidad.