La demanda de vino en el mercado interior español habría superado ligeramente el año pasado los 10 millones de hectolitros, de acuerdo con las estimaciones publicadas por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV) pendientes de los datos definitivos.
Esa cifra supondría una recuperación respecto a los 9,8 millones de toneladas en los que se había estabilizado el consumo nacional desde el año 2012, tras muchos años de descensos.
En su memoria de 2016 recoge, en concreto, un consumo interno de 10,05 millones de hectolitros. De ellos, 3,80 millones de hectolitros corresponderían al consumo en hogares; 2,79 millones al canal Horeca y 3,46 millones a un tercer canal que incluye la venta directa, la venta por internet, el enoturismo y el autoconsumo.
Estos datos no son definitivos, ya que la estimación del consumo en hogares se ha realizado teniendo en cuenta los datos del Ministerio de Agricultura del período noviembre de 2015-noviembre de 2016 (a falta de los correspondientes a diciembre) mientras que la relativa al canal de restauración y hostelería es la proyección de la consultora Nielsen, que estima una subida el año pasado de algo más del 10% respecto a 2015.
En cualquier caso, se trataría de la primera recuperación del consumo nacional en muchos años. En 1991 alcanzó los 17,16 millones de hectolitros y después siguió una tendencia casi constante a la baja hasta estabilizarse en 9,8 millones en 2012.
La exportación, la que mejor ha evolucionado
El Observatorio pone de manifiesto en su memoria que las exportaciones de vino de 2016, aunque disminuyeron en volumen (-7% respecto a 2015) se situaron en 22,26 millones de hectolitros, es decir, más del doble de lo vendido en el mercado nacional.
“Si volvemos la vista atrás -subraya- hace trece años España era un país productor que consumía más vino del que exportaba. Una serie de factores han contribuido a dar la vuelta a la situación: por un lado, el cambio de hábitos de consumo, tras la entrada en vigor de la ley anti-tabaco y el carnet por puntos y, por otro, la crisis económica, afectaron muy negativamente al consumo nacional, así como un cambio en la política de ayudas de la Unión Europea con respecto al vino, visible en la reforma de la OCM de 2008 y que desembocó en la desaparición de ayudas a la destilación para uso de boca. Todo ello ha favorecido una internacionalización del vino español a marchas forzadas”.
En la campaña 1990/91 se exportaron 5,5 millones de hectolitros y fue en 2003/14 cuando consumo nacional y exportaciones se igualaron en torno a los 14 millones de hectolitros cada uno.
De cara a 2017 el Observatorio es optimista y considera que el año se presenta con buenas condiciones para mejorar el valor de las ventas de vino. Apunta que se puede avanzar mucho en la demanda interna (campañas, innovación, formación, distribución) y subraya que la exportación es fundamental.
En las ventas al exterior cree que es importante gestionar carteras con mezcla de distintos tipos de vinos y precisa que el valor está más en llegar a los mercados finales con envasados con marca, más cantidad de vinos Premium y también graneles varietales.
