Estimado Consejero:
El olivar es un ecosistema que además de aportarnos algunos de nuestros productos más emblemáticos como la aceituna y el aceite, tiene una gran relevancia natural. Por su ubicación geoestratégica, Andalucía es un enclave valiosísimo en el Paleártico Superior, con especial relieve en el flujo migratorio de las aves que pasan a millones por Andalucía cada otoño y primavera en su ciclo migratorio entre Europa y África. Estas aves son importantes aliados además en el control de plagas e insectos perjudiciales para nuestros campos.
La puesta en marcha de técnicas de plantación de olivar, denominados “superintensivos” con un marco de plantación ideado para ser recolectado mecánicamente ha hecho aflorar un problema gravísimo. Al realizarse la cosecha mecánica en horas nocturnas, momento en que las aves utilizan los olivos para descansar, los focos de las máquinas recolectoras deslumbran a las aves que quedan atrapadas y mueren en los sistemas de recogida de las aceitunas. Según algunas estimaciones esta práctica parece estar afectando a más de 2.600.000 aves que utilizan el olivar como lugar de tránsito y descanso en sus ciclos migratorios y también como lugar de invernada, justo la época del año en que se recoge la aceituna.
Según recientes publicaciones, las sospechas se están confirmando. En sendos informes que adjuntamos, Ecologistas en Acción, en una carta dirigida a la presidenta de la Junta de Andalucía que adjuntamos evidencia el problema. Y un informe de la Dirección General de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio denominado “Informe sobre el impacto generado por la explotación de olivar en superintensivo sobre las especies protegidas de Andalucía”, en el que se alerta de este creciente problema con expresiones como “Es un problema real, actual y de graves repercusiones ambientales, que trascienden los límites geográficos andaluces y nacionales, afectando a valores ambientales de diversos países del ámbito de la Unión Europea”, “Las cosechadoras de superintensivo que operan desde noviembre en horas nocturnas llegan a producir unas tasas de mortalidad insostenible en términos ambientales, que alcanzan las 100 aves por remolque cosechado, lo que ofrece unas tasas de mortalidad de media aproximada de 100 aves por hectárea cosechada durante la noche. Teniendo en consideración la extensión en hectáreas que Andalucía dedica a este tipo de olivar y considerando la distribución de rutas de aves migratorias, todo apunta a que cada campaña olivarera de superintensivo, en la que se cosecha durante la noche, las estimas más conservadoras apuntan que esta práctica está afectando a 2.600.000 aves cada año en Andalucía, especialmente en las provincias de Sevilla, Córdoba y Jaen”.
El impacto y las incidencias serán crecientes en la medida en que entren en fase de producción las nuevas hectáreas plantadas y considerando además que, cada año, son más el número de hectáreas y fincas que se incorporan a esta modalidad de cultivo denominada “superintensivo”.
Dado que el daño se está produciendo durante la recolección nocturna, solicitamos que, desde su consejería se prohíba cautelarmente la recolección de olivar mecánicamente en horario nocturno para minimizar el impacto que sobre la biodiversidad está teniendo esta práctica, y a continuación, regule y/o condicione la recogida mecánica en olivar y otros cultivos que supongan una clara afección a la conservación del medio.
En espera de sus noticias, reciba un cordial saludo
Francisco Casero Rodríguez, presidente de la Fundación Savia