La Undécima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se ha celebrado en Buenos Aires desde el pasado domingo día 10, ha terminado sin que se registrasen avances en la liberalización del comercio mundial, uno de los objetivos de la actual Ronda del Desarrollo o de Doha, que se lanzó en la capital de Qatar en noviembre de 2001, es decir, hace ahora 16 años, y que todavía no se ha cerrado. Era lo previsto a la vista del nulo resultado de las negociaciones que se han desarrollado durante los dos últimos años en Ginebra. De todas formas, éste no era, en esta ocasión, el asunto primordial para los intereses de los agricultores y ganaderos españoles.
Lo importante para ellos eran las negociaciones paralelas que se han desarrollado en Buenos Aires entre las delegaciones de la Comisión Europea y de Mercosur para alcanzar un ambicioso acuerdo comercial entre la UE y este bloque regional. Tampoco se ha logrado cerrar este proceso negociador, en el que el capítulo agrario ha sido, como ya viene siendo habitual, uno de los más conflictivos. El objetivo que habían traído a la cita en la capital argentina las dos delegaciones era anunciar aquí un pacto político sobre el citado Acuerdo, aunque con una serie de flecos técnicos pendientes, que se hubiesen cerrado más adelante. No ha sido posible y habrá que esperar.
Los productos agrarios españoles que podrían resultar más perjudicados serían el vacuno de carne y, eventualmente, los cítricos
Las reticencias más significativas que han impedido el pacto han venido, del lado comunitario, de Francia, que ha hecho del vacuno de carne un símbolo de este proceso negociador; por el contrario, Alemania, España y los países del norte de Europa habían apostado de manera firme por cerrar ese Acuerdo lo antes posible y han sido firmes impulsores de las conversaciones.
Del lado de Mercosur la principal rémora ha sido Brasil, que consideraba la oferta de la delegación de Bruselas claramente insuficiente. Mientras tanto, Argentina quería un acuerdo a toda costa por varios motivos, entre los que destacaban dos. El primero, apuntarse un tanto político y de imagen coincidiendo con la celebración de la Conferencia Ministerial de la OMC, a la vista de que de esta última no iba a salir nada. El segundo, utilizar ese acuerdo comercial como excusa para adoptar medidas de política interna para liberalizar su mercado, uno de los más cerrados del mundo tras la época del Gobierno de los Kirchner.
Ahora las espadas han quedado en alto. Continuarán las negociaciones en los próximos meses, con el objetivo de cerrar ese Acuerdo en el primer semestre del año que viene. Por eso no hay que bajar la guardia. Los productos agrarios españoles que podrían resultar más perjudicados serían el vacuno de carne y, eventualmente, los cítricos. Por el contrario, podrían verse beneficiados los lácteos y el aceite de oliva. Sin embargo, todo dependerá del resultado final. No hay que bajar la guardia.
Les mostramos algunas fotografías de César Lumbreras, director de Agropopular, en Buenos Aires (Argentina)