De las 20 enfermedades más mortales, «dos entran por la boca», según ha dado a conocer la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Eso significa que existe un problema con los alimentos que consumimos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que ha relacionado este asunto con la agricultura, donde se tiene que tomar medidas.
En este sentido, la FAO ha señalado que el cambio en los patrones alimentarios y las nuevas formas de producir y procesar alimentos han modificado la cantidad, calidad e impacto social y medioambiental de los alimentos que se consumen.
Este es uno de los problemas que se han abordado en la segunda conferencia global del programa Sistemas Alimentarios Sostenibles, que se celebra en Costa Rica, y donde también se han tratado asuntos como la malnutrición en América Latina y el desperdicio de alimentos.
La malnutrición afecta a millones de personas
Por otro lado, el organismo de la ONU ha alertado de la situación alimentaria en América Latina, marcada por la malnutrición que afecta a millones de personas. Para el coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica, Adoniram Sanches, es necesario un sistema alimentario sostenible que proporcione una alimentación nutritiva y accesible para todos, y en el que la gestión de los recursos naturales preserve los ecosistemas.
«La región es reconocida como una gran exportadora de alimentos, pero en la última década lo que hemos visto es un problema serio de obesidad generalizada, tanto en países desarrollados, como en vías de desarrollo y países pobres», ha afirmado Sanches.
En concreto, en América Latina existen 39 millones de personas con hambre, 178 millones sufren de sobrepeso y 105 millones de obesidad. Además de una mala alimentación, los expertos han detectado que los sistemas alimentarios no están siendo inclusivos ni trabajan por proteger el medio ambiente.
Entre los retos a enfrentar están la degradación de los recursos naturales, una alta tasa de deforestación, pérdida de recursos de la biodiversidad y fuerte impacto de la agricultura en términos de cambio climático que afecta a las poblaciones más vulnerables en el campo.