La falta de lluvias y las elevadas temperaturas que se han registrado en la primera quincena de abril, especialmente durante los días previos al Domingo de Ramos y en la primera parte de la Semana Santa, han agudizado los problemas de sequía que ya se arrastraban en una parte de España y han perjudicado la evolución de los diferentes cultivos.
A estos hechos hay que añadir la situación de los embalses, con unas reservas de agua muy por debajo de las que había el año pasado, y también en los anteriores, por estas mismas fechas, lo que complicará las campañas de riego.
Los problemas más importantes se registran en amplias zonas de Castilla y León y la Cuenca del Duero, en Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, además, por supuesto, de la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía Oriental, donde esta situación es ya endémica.
La sequía y la falta de agua han provocado que desde distintas Comunidades Autónomas, como Castilla y León y Castilla-La Mancha, se estén preparando ya peticiones al Gobierno Central para que se aprueben los llamados Decretos de Sequía, en los que se establecerán diferentes medidas para hacer frente a esta crisis.
Por otro lado, esta situación crítica no es precisamente el mejor ambiente para comenzar la elaboración del Pacto Nacional del Agua, que es uno de los objetivos fundamentales de Isabel García Tejerina y su equipo para la actual legislatura. “Se trabaja mejor si no hay problemas con las reservas de agua, que cuando se atraviesa una situación de sequía. Si ya es difícil negociar en un momento de bonanza, cuando se registra escasez resulta prácticamente imposible, porque las distintas sensibilidades están a flor de piel”, ha reconocido un ex alto cargo que se ocupó de la política hidráulica.