El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha señalado que seguirá adelante con el Real Decreto que obligará a precisar el origen de la leche en los envases de los productos lácteos. Considera que es “honesto de cara al consumidor” y que aporta transparencia.
En unas declaraciones con motivo del Día Internacional Lácteo, el 26 de junio, Planas no pudo indicar cuándo estará listo el texto para su aprobación en el Consejo de Ministros y precisó que actualmente se encuentra en el Consejo de Estado, que debe emitir su informe.
Hay que recordar que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado un informe en el que cuestiona el proyecto por considerar que “puede constituir una restricción a la libre circulación de mercancías y, por ende, a la competencia efectiva”.
Según Planas, la CNMC “hace su papel y nosotros hacemos el nuestro” y el informe no impedirá que se apruebe una normativa que incluso defiende la Comisión Europea. Ya son varios los Estados miembros de la UE que obligan a etiquetar el origen de la leche, en todos los casos de forma temporal y con carácter experimental.
La CNMC “hace su papel y nosotros hacemos el nuestro”
De acuerdo con el proyecto, la medida se aplicaría -con carácter experimental durante dos años- a la leche de todas las especies ganaderas y a todos los tipos de leche (UHT, pasterizada, condensada, en polvo,…) y productos lácteos (quesos, mantequilla, nata, yogur,…) que se comercialicen envasados y destinados al consumidor final, quedando excluidos los productos con DOP e IGP (Denominación de Origen Protegida e Indicación Geográfica Protegida), que se rigen por sus propios pliegos de condiciones. Las etiquetas recogerían el país de ordeño y el de transformación o envasado.
La CNMC recomendaba en su informe que se justifique mejor que se trata de una medida en interés público, así como la relación entre el origen de la leche y sus cualidades y la relevancia de indicar el origen para los consumidores finales.