El departamento temático de Políticas Estructurales y de Cohesión del Parlamento Europeo presentó hace unos días a la Comisión de Agricultura un estudio en el que se analiza el modo en que la PAC (Política Agraria Común) y las ayudas estatales apoyan la competitividad de las explotaciones agrarias, incluido el papel de los jóvenes agricultores y las mujeres.
Entre las conclusiones del informe figura que, en general, la PAC proporciona a los Estados miembros herramientas que les permiten afrontar, al menos en parte, un gran número de los retos actuales en materia de competitividad.
Los autores proponen integrar los aspectos de sostenibilidad en los indicadores para medir la «competitividad sostenible», evaluar los efectos tangibles de la coherencia entre la PAC y otras políticas de la UE
Sin embargo, estas herramientas no tienen en cuenta «acontecimientos que podrían tener un profundo impacto en los modelos de producción en las próximas décadas», como el cambio climático.
En sus recomendaciones, los autores proponen integrar los aspectos de sostenibilidad en los indicadores para medir la «competitividad sostenible», evaluar los efectos tangibles de la coherencia entre la PAC y otras políticas de la UE o incluso fomentar el uso de nuevas tecnologías a través de la PAC y desarrollar un enfoque global de la gestión de riesgos