A partir de 2021 la nueva Política Agraria Común (PAC) debería establecer un nuevo régimen de pagos directos estructurados en cinco niveles, cada uno de los cuales perseguiría un objetivo. Así lo refleja un estudio encargado recientemente por el Parlamento Europeo.
El responsable de este estudio, Alan Matthews, profesor en el Trinity College de Dublín, recomienda que entre ellos, los pagos directos estén dirigidos a estabilizar la renta. Para ello habría que llevar a cabo un apoyo transitorio a la renta, sistemas de gestión de crisis y ayudas en caso de crisis.
Tambien insta a considerar unos pagos medioambientales de base, adaptados a los distintos sistemas de agricultura.
Otro nivel de pagos directos se dirigiría a apoyar a la renta para mantener las explotaciones en las zonas agrícolas marginales -con pagos acoplados-.
Asimismo, la nueva PAC debería contemplar los pagos medioambientales de más alto nivel para objetivos más específicos, como las tierras de alto valor natural, producción biológica, especies raras, etc.
Finalmente, tendría que destinar apoyos a la competitividad horizontal: como es el desarrollo rural, por un lado; y, a otros pagos, por otro (como es el apoyo a la inversión, intercambio de conocimientos, innovación, comercialización, jóvenes agricultores, agrupaciones de productores, silvicultura, diversificación, infraestructuras, Leader, Horizonte 2020).
Según las recomendaciones de Alan Matthews, este nuevo sistema de ayudas directas debería completarse con medidas de mercado del tipo “red de seguridad” y la organización de la cadena alimentaria.
