Las estrategias “de la granja a la mesa” y “biodiversidad 2030”, contenidas en el Pacto Verde europeo, tendrán impactos negativos a corto plazo para la agricultura de la UE y suponen más exigencias medioambientales para el campo, pero hay que seguir adelante con esa transición verde, según Tassos Haniotis, director de Estrategia en la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea.
El representante del ejecutivo comunitario defendió recientemente en un foro que es crucial que la Unión Europea lidere el cambio tecnológico y ambiental ante la crisis climática. Según él, también habrá impactos negativos si la Unión Europea congela los cambios tecnológicos y la evolución hacia buenas prácticas agrícolas. En ese cambio pueden ayudar herramientas como el programa europeo Copernicus, del que puede servirse la agricultura de precisión.
Haniotis subrayó, por otro lado, que en la futura PAC los Estados miembros tendrán más margen para decidir qué actuaciones ambientales se ajustan más a sus especificidades.
En el foro participaron también representantes del Parlamento Europeo, de organizaciones agrarias, organizaciones medioambientales y de la industria de fitosanitarios.
COPA-COGECA: las propuestas de Bruselas no proporcionan las herramientas adecuadas y aumentarán los costes de producción de los alimentos
El secretario general del COPA-COGECA (organizaciones y cooperativas agrarias de la UE), Pekka Pesonen, criticó las citadas estrategias. Precisó que hay acuerdo en la conveniencia de avanzar hacia una agricultura sostenible, pero consideró que las propuestas de Bruselas no proporcionan las herramientas adecuadas y aumentarán los costes de producción de los alimentos. Además, los productores europeos estarán más expuestos frente a la competencia de países terceros.
Por el contrario, desde la Oficina Europea del Medio Ambiente (EEB) consideran que esas propuestas se quedan cortas y que la UE debería ir más allá para reducir el impacto de la ganadería y la agricultura en el medio ambiente.