El ministro de Exteriores de los Países Bajos, Wopke Hoekstra, ha afirmado que el objetivo de reducir las emisiones de nitrógeno a la mitad en 2030 en su país «no es sagrado» para su partido -el Democristiano-, lo que ha provocado críticas del primer ministro Mark Rutte, dado que el país se encuentra en plena crisis con el sector agrícola por esta cuestión.
Con esta afirmación parece romper con el acuerdo de coalición de cuatro partidos que lidera Rutte y por el que se comprometieron a cumplir con el fallo del Consejo de Estado de 2019, que dictaminó que la política de entonces para reducir emisiones de nitrógeno no era estricta y violaba las leyes de la Unión Europea.
Hoekstra, líder del Partido Democristiano (CDA), aseguró que su partido no ha cedido a la presión de agricultores y ganaderos que han organizado protestas en las últimas semanas; sin embargo, considera que éstos también deben poder ganarse la vida de manera justa.
A su juicio, «los agricultores tienen que volver a ser aliados» en el proceso de negociación en marcha entre el Gobierno y el sector agrícola, puesto que para alcanzar ese objetivo se requiere el cierre de granjas.
El primer ministro ha cuestionado la postura de su ministro de Exteriores y ha señalado que estas declaraciones podrían incluso violar «la ley constitucional».
Las emisiones a base de nitrógeno, como el amoniaco, tendrán que disminuir entre un 12% y un 95% en ciertas reservas naturales, según un mapa del gobierno. Esto afecta al sector agrícola porque el estiércol y los fertilizantes son fuentes importantes de contaminación por nitrógeno.