Con motivo del Día Mundial de la Alimentación -que se celebra el 16 de octubre-, el Papa Francisco ha lanzado una nueva crítica a “las lógicas del mercado” en su mensaje enviado a las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A su juicio, «resulta cruel, injusto y paradójico que, hoy en día, haya alimentos para todos y, sin embargo, no todos tengan acceso a ellos, o que existan regiones del mundo en las que la comida se desperdicia, se desecha, se consume en exceso o se dedican alimentos a otros fines que no son alimenticios».
Además, el Papa recordó que «frente a los 820 millones de personas hambrientas, tenemos al otro lado de la balanza casi 700 millones de personas con sobrepeso, víctimas de hábitos alimenticios inadecuados.
«No podemos olvidar que lo que acumulamos y desperdiciamos es el pan de los pobres»
El pontífice advirtió de que la lucha contra el hambre y la desnutrición no acabará «mientras prevalezca exclusivamente la lógica del mercado y se busque solo la ganancia a toda costa, relegando los alimentos a un mero producto de comercio, sujeto a la especulación financiera y distorsionando su valor cultural, social y marcadamente simbólico». «No podemos olvidar que lo que acumulamos y desperdiciamos es el pan de los pobres», precisó.
Para el Papa, la solución es «volver a la simplicidad y a la sobriedad, y vivir cada momento de la existencia con un espíritu atento a las necesidades del otro». También sería preciso cambiar a un estilo de vida «que nos permitirá cultivar una relación saludable con nosotros mismos, con nuestros hermanos y con el entorno en el que vivimos».
Finalmente señaló que para salir de esa espiral «es necesario impulsar instituciones económicas y cauces sociales que permitan a los más pobres acceder de manera regular a los recursos básicos».