El conjunto de medidas anunciadas por Luis Planas a las tres organizaciones agrarias (ASAJA, COAG y UPA) con las que se reunió bien puede calificarse como «paquete», así entre comillas. En una parte es humo; en otra, peca de falta de concreción; otras medidas dependen de lo que diga finalmente Bruselas y, finalmente, otro grupo corresponde a varios Ministerios. Solo veo una cosa positiva: antes no había nada y ahora hay un punto de partida que puede servir de base de negociación, eso suponiendo siempre que todavía haya alguien que se fie de Luis Planas y de sus ofertas, visto que muchas de las promesas que realizó en 2020 todavía no se han cumplido y de eso han pasado ya cuatro años. Conclusión: si alguien se pone a negociar a partir de esta semana con él y su equipo harán bien en dejarlo todo atado y bien atado, suponiendo que terminen llegando a un acuerdo.
Mientras tanto, en el exterior del Ministerio de Agricultura, lo mismo que en carreteras y autopistas, se escuchará esta semana el ruido de los motores de los tractores, ya que allí finalizará el miércoles la movilización convocada por la Unión de Uniones, que ha organizado varias columnas de tractores que partirán de diversos puntos de España para confluir en Atocha el miércoles. Eso al margen de las protestas que tengan lugar en otros puntos de nuestra geografía, ya que se mantienen las movilizaciones al haber considera do el sector que el «paquete» de Planas es claramente insuficiente.
Humo, medidas sin concretar o que dependen de otros
Contrariamente a lo que ha pasado en Francia y en Italia, donde los jefes de Gobierno respectivos han cogido el toro por los cuernos y han considerado las protestas de los agricultores y ganaderos como un grave problema que afectaba a todo el gabinete, en España Pedro Sánchez no se ha implicado y, por lo que se ve, han dejado solo al ministro de Agricultura, Luis Planas, a pesar de que algunas de las medidas que ha ofertado son competencia de otros departamentos ministeriales.
Por otro lado, este último, fiel a su proceder habitual, pretende ponerse de perfil y ahora ha pasado la pelota a las Comunidades Autónomas, para que estas asuman sus responsabilidades. ¡Qué duda cabe que los consejeros de Agricultura también tienen mucho que decir! Pero, para conseguir este objetivo, Planas debe contar con ellos. Para hoy ha convocado una reunión de forma telemática, a pesar de la gravedad de la situación y para informar de lo que ha pedido en Bruselas, sin haberlo negociado previamente con los representantes regionales. Una parte de los consejeros lo pondrá de manifiesto en ese encuentro, siempre y cuando Planas los deje hablar.
Artículo de opinión de César Lumbreras publicado el 19 de febrero en La Razón
