El Gobierno ruso ha incluido la sal en la lista de productos europeos y estadounidenses que no pueden ser importados a Rusia, según el decreto ley publicado ayer por el Ejecutivo de este país.
Este producto, por lo tanto, se suma a otros afectados por el veto ruso, entre los que también se encuentran las frutas, verduras, carnes, pescados y lácteos. El embargo restringe las importaciones de estos productos perecederos desde los países que mantienen sanciones económicas contra Moscú por su apoyo a los separatistas prorrusos del este de Ucrania.
La nueva prohibición entrará en vigor el próximo 1 de noviembre y según el Ministerio de Agricultura de este país, «no afectará a las necesidades internas» de los consumidores rusos.
El Ejecutivo del país ha asegurado que Rusia produce 3,6 millones de toneladas de sal al año y calcula que las empresas del sector pueden elevar esa producción hasta al menos 6,1 millones de toneladas.
Los países afectados por el embargo exportaron en 2015 el 17,8% de toda la sal que se consumió ese año en el país.